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14 de julio | 2025
La búsqueda de empleo a veces nos puede hacer sentir como si estuviéramos representando un papel. Hay quien piensa que sólo se debe mostrar lo que los reclutadores quieren ver: un perfil laboral ideal, casi sin defectos. En realidad, hay cada vez más empresas que valoran la autenticidad, que muestres tu yo verdadero. Es decir, presentarte de forma honesta y coherente en cada etapa del proceso: desde el curriculum vitae (CV) hasta la entrevista de trabajo.
Aprende en este post cómo ser tú mismo en un contexto laboral, cómo reflejarlo en lo profesional y los errores más comunes que debes evitar. Mostrarte de forma auténtica te ayudará a conectar con empleadores que valoran aquello que te hace realmente único, aumentando así tus posibilidades de encontrar un trabajo donde encajes y seas feliz, construyendo así relaciones profesionales más honestas y sostenibles.
Descubre aquí cómo mostrarte con autenticidad sin dejar de ser profesional y encuentra el empleo donde puedas crecer sin dejar de ser quien eres.
Ser auténtico no significa compartir todo sobre ti sin filtros ni reservas. Tampoco significa comportarse igual que con tus amigos. En el contexto de la búsqueda de empleo, ser auténtico significa tener claridad sobre tus valores, habilidades, estilo de trabajo o metas y, además, saber expresarlos de manera honesta y profesional. Mostrar tu verdadero yo implica responder preguntas con sinceridad, elegir oportunidades alineadas con tus intereses y no intentar encajar en culturas laborales que no se ajustan a ti.
Del mismo modo, significa no exagerar tu experiencia ni fingir entusiasmo por roles que no te motivan. Es ser coherente entre lo que dices, lo que haces y cómo te presentas. Muchas veces, las personas creen que ser auténtico puede jugar en su contra. Pero lo contrario suele ser cierto: mostrarte tal como eres te permite atraer a empresas que valoran tu personalidad y forma de trabajar. Además, reduce el estrés de tener que 'actuar' en el trabajo, lo que lleva a una mayor satisfacción y rendimiento.
Antes de mostrar tu verdadero yo, necesitas saber quién eres. Es algo que va más allá de tu experiencia laboral. Implica reflexionar sobre tus valores, intereses, habilidades naturales y lo que te motiva.
Puedes empezar haciéndote preguntas como:
- ¿Qué tareas disfrutas realmente?
- ¿En qué ambientes te sientes más cómodo?
- ¿Qué tipo de jefes y equipos sacan lo mejor de ti?
- ¿Cuáles son tus valores no negociables en un trabajo?
Herramientas como el test de fortalezas VIA, el test de personalidad MBTI o simplemente escribir un diario profesional puede ayudarte a identificar patrones. También puedes pedir retroalimentación a colegas o amigos de confianza sobre tus fortalezas. Conocerte te permitirá tomar decisiones más informadas y elegir trabajos que se alineen contigo. Cuando tienes claro quién eres, resulta más fácil comunicarlo en una entrevista o en tu curriculum vitae (CV).
Tu CV y carta de presentación son tus primeras oportunidades para reflejar tu verdadero yo. Aunque deben ser formales y concisos, también pueden tener un toque personal. En el CV, puedes incluir una sección de 'Perfil personal' o 'Resumen profesional' donde expreses en pocas líneas quién eres como profesional y qué te motiva. Usa un lenguaje claro, evita jergas y sé específico: en lugar de decir 'proactivo', explica cómo iniciaste un proyecto con impacto.
En la carta de presentación, tienes más libertad para contar una historia breve. Puedes mencionar por qué te interesa la empresa, cómo te identificas con sus valores o cómo tus experiencias personales te prepararon para ese empleo. La clave es el equilibrio: compartir algo de ti pero siempre conectándolo con lo profesional. Evita copiar frases genéricas. Una carta auténtica suena natural, como si estuvieras hablándole directamente al reclutador, creando así una conexión emocional que puede diferenciarte.
Una entrevista de trabajo pueden ser un momento de mucha presión pero también una gran oportunidad para dejar una impresión genuina. Mostrar autenticidad no significa contar todos tus defectos o improvisar sino presentarte de forma honesta y segura. Prepara respuestas a preguntas comunes como "¿Cuáles son tus fortalezas y debilidades?" o "¿Por qué quieres trabajar aquí?" siendo fiel a tu historia. Si una debilidad es real pero superable, dilo y explica cómo trabajas para mejorarla.
Tu lenguaje corporal también comunica autenticidad. Mantén contacto visual, escucha activamente y responde con ejemplos reales. Evita respuestas ensayadas que suenen robóticas. No temas compartir lo que te hace diferente. Por ejemplo, si cambiaste de carrera, explícalo desde tus valores y lo que aprendiste. Si tienes pasiones fuera del trabajo que te ayudaron a desarrollar habilidades únicas y tienen relación con el empleo, menciónalas. Mostrar vulnerabilidad (con equilibrio) también puede ser poderoso. Contar un fracaso del que aprendiste muestra madurez y capacidad de crecimiento.
Hoy en día, muchos reclutadores revisan tus perfiles en redes antes de llamarte. No significa que debas tener una 'marca personal' perfecta sino que debes cuidar la coherencia entre lo que dices y lo que muestras online. Tu perfil de LinkedIn, por ejemplo, puede mostrar más de ti que tu CV. Allí puedes escribir un resumen en primera persona, compartir publicaciones relacionadas con tus intereses profesionales o comentar sobre temas del sector.
No hace falta estar en todas las redes. Elige aquellas donde te sientas cómodo y puedas expresarte con autenticidad. Si tienes un blog, portafolio o canal de vídeo, úsalo para mostrar tu enfoque, tus procesos y tu forma de pensar. Evita mostrar una imagen que no se relaciona contigo sólo por parecer más profesional. Si tu forma de expresarte es sencilla y cercana, mantén ese estilo. Las personas conectan más con lo humano que con lo perfecto.
Ser tú mismo también implica crecer, adaptarte y aprender. La clave está en conocerte, expresarte con claridad y mostrarte abierto a la mejora continua. Autenticidad no es rigidez; es coherencia. Aunque la autenticidad es esencial, también puede malinterpretarse si no se expresa con equilibrio. Estos 4 errores son bastante habituales:
1) Ser demasiado informal: usar un lenguaje o actitud que no respeta el contexto profesional.
2) Compartir de más: contar detalles personales irrelevantes o demasiado íntimos.
3) No acudir preparado: confiar en que 'ser uno mismo' es suficiente sin practicar respuestas o investigar la empresa.
4) Rechazar críticas: creer que ser auténtico significa no adaptarse ni aceptar sugerencias.