Descubre todos los peligros de fingir una baja laboral

05 de agosto | 2025

Introducción

Cada vez salen más casos a la luz sobre personas que han fingido una baja laboral. Es decir, simulan una enfermedad o lesión para no acudir al trabajo y seguir cobrando, sin una causa médica real que lo justifiqueAunque puede parecer una salida fácil a un problema puntual, las consecuencias de este fraude pueden ser gravesAdemás, muchas empresas e instituciones ya cuentan con mecanismos cada vez más eficaces para detectar estos engaños.

Te explicamos en este post, de forma clara y sencilla, qué implica simular una baja médica en Españapor qué es ilegalSi sientes que no puedes seguir trabajando por motivos personales, físicos o mentales, lo mejor es buscar ayuda profesional y hablar con tu médico. Lo que comienza como una supuesta solución temporal puede acabar en despido, pérdida del derecho a cobrar prestaciones o incluso en una condena penal y pérdida de libertad.

Descubre aquí todo lo que arriesgas al tomar esta decisión y no pongas en peligro tu reputación y tu futuro laboral.


Índice de contenidos:

  1. ¿Qué es una baja laboral y cuándo se concede?
  2. Las formas más comunes de fingir una baja (y por qué lo hacen)
  3. Las consecuencias legales de fingir una baja laboral
  4. Consecuencias laborales y reputacionales: más allá de lo legal
  5. El papel de la Inspección de Trabajo y las mutuas
  6. El impacto social y ético del fraude en bajas
 

¿Qué es una baja laboral y cuándo se concede?

Una baja laboral, también llamada incapacidad temporal (IT), es el derecho de los trabajadores de no acudir a su empleo por motivos de salud. En España, se regula por la Seguridad Social y puede deberse a:

  - Enfermedad común.

  - Accidente laboral.

  - Enfermedad profesional.

  - Accidente no laboral.

Un médico de la sanidad pública o de una mutua colaboradora debe certificar si realmente el trabajador está incapacitado para trabajar. A partir de ahí, se emite un parte de baja y el trabajador queda exento de asistir a su puesto mientras se recupera. Durante ese tiempo, el trabajador recibe una prestación económica que varía en función del tipo de baja y del convenio colectivo. Es decir, sigue cobrando sin trabajar, lo que puede tentar a algunas personas a falsear su situación.

 

Las formas más comunes de fingir una baja (y por qué lo hacen)

Fingir una baja no siempre significa inventarse una enfermedad desde cero. A veces, se exageran síntomas o se presentan situaciones ambiguas que el médico no puede verificar con claridad (como el dolor de espalda o ansiedad leve).

Estas son algunas de las formas más comunes:

  - Simular dolencias difíciles de demostrar: como migrañas, fatiga crónica o ansiedad.

  - Presentar informes médicos falsificados.

  - Buscar médicos 'amigos' o conocidos dispuestos a extender bajas sin una justificación real.

  - Usar una enfermedad real pero leve como excusa para alargar innecesariamente la baja.


¿Y por qué lo hacen?

  - Para descansar sin perder el sueldo.

  - Para trabajar en otro empleo 'en negro' durante la baja.

  - Para prolongar unas vacaciones.

  - Por conflictos con la empresa o el jefe.

Sin embargo, lo que empieza como una 'solución temporal' puede acabar muy mal.

 

Las consecuencias legales de fingir una baja laboral

Simular una baja es, en realidad, un fraude a la Seguridad Social. Y eso no es poca cosa. La ley española contempla sanciones graves para quienes cometen este tipo de actos.

1) Sanción administrativa o despido disciplinario

Si la empresa o la mutua detecta que el trabajador no está realmente enfermo, puede iniciar un proceso de investigación y, si se confirma, es una causa justificada de despido inmediato. Es decir, puede perder el empleo sin derecho a indemnización ni paro.

2) Delito penal

Si hay pruebas de que se ha falsificado un documento médico, se puede incurrir en falsedad documental (artículo 392 del Código Penal), con penas de hasta 3 años de prisiónAdemás, si el trabajador ha estado cobrando una prestación sin derecho, puede ser acusado de fraude a la Seguridad Social (art. 307 CP), con penas de 1 a 5 años de prisión y multa.

3) Ejemplo real

En 2022, un trabajador de Valencia fue condenado por seguir cobrando una baja mientras trabajaba en una obra. Fue grabado por un detective privado contratado por la mutua. El juez consideró que había cometido un fraude y le impuso una pena de 2 años de prisión, aunque la pena fue suspendida a condición de no reincidir.

 

Consecuencias laborales y reputacionales: más allá de lo legal

Aparte de las multas o cárcel, las consecuencias pueden ir mucho más allá:

  - Despido inmediato, sin derecho a compensaciones.

  - Mancha en el historial laboral, lo que dificulta encontrar otro trabajo.

  - Pérdida de confianza de compañeros, amigos o familiares al conocerse el fraude.

  - Problemas con futuras prestaciones o ayudas, si se considera que el trabajador no es fiable.

Muchas empresas consultan referencias antes de contratar a alguien. Si aparece información sobre un despido por fraude, las posibilidades de que te contraten se reducen drásticamente.

 

El papel de la Inspección de Trabajo y las mutuas

Las mutuas colaboradoras y la Inspección de Trabajo tienen herramientas para detectar posibles fraudes. Las redes sociales pueden ser incluso una fuente de información. Hay casos donde se ha descubierto el fraude porque el trabajador publicó fotos de vacaciones mientras seguía de baja. Algunas de las acciones que pueden tomar incluyen:

  - Contratar detectives privados para hacer seguimientos.

  - Visitas domiciliarias para comprobar si el trabajador está realmente en casa y en reposo.

  - Contraexploraciones médicas por parte de médicos independientes.

  - Cruce de datos con Hacienda y otros organismos para detectar si el trabajador está generando ingresos paralelos.

 

El impacto social y ético del fraude en bajas

Puede parecer que fingir una baja sólo afecta a quien lo hace, pero no es así. También produce un impacto social y ético importante ya que:

  - Se perjudica al sistema de Seguridad Social, que se financia con el dinero de todos.

  - Se desconfía de quienes están realmente enfermos, generando sospechas incluso hacia los casos legítimos.

  - Se fomenta una cultura de trampa, que mina la confianza en las instituciones.

  - Se genera desigualdad, ya que unos se aprovechan mientras otros cumplen las normas.

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