La importancia de las primeras conversaciones de tus hijos

22 de enero | 2026

Introducción

Las primeras conversaciones de tus hijos son mucho más que un simple intercambio de sonidos o palabras. Son el inicio de su forma de comprender el mundo, de construir sus ideas y expresar sus emociones. En estos primeros intentos comunicativos, los pequeños construyen la base de su lenguaje y sus futuras relaciones. Por tanto, acompañar estas conversaciones genera un enorme beneficio en su crecimiento, además de reforzar los vínculos afectivos. 

Te invitamos en este post a observar con calma estos primeros intercambios y a participar activamente en ellos. Cada palabra que el niño aprende contigo es un puente que os acerca un poco más. Además, si ignoras o minimizas esta etapa puede hacer que se te pasen desapercibidas importantes señales sobre su desarrollo emocional o cognitivo. También puede retrasar oportunidades valiosas para fortalecer su autoestima y su seguridad al comunicarse. 

Acompaña el descubrimiento del lenguaje de tus hijos y aprende aquí cómo potenciar sus primeras palabras.

Índice de contenidos:

  1. ¿Qué son las primeras conversaciones y cuándo ocurren?
  2. Cómo influyen en el desarrollo emocional y cognitivo
  3. El papel de los padres
  4. 7 útiles consejos para las primeras conversaciones
 

¿Qué son las primeras conversaciones y cuándo ocurren?

Cuando pensamos en 'conversar', imaginamos a dos personas hablando de manera fluida. Sin embargo, en los niños pequeños, las conversaciones comienzan mucho antes de que sepan formar frases completas. Las primeras conversaciones no son diálogos estructurados sino una combinación de sonidos, miradas, gestos, balbuceos y palabras sueltas que el niño usa para comunicarse.

Etapas tempranas

  - 0 a 6 meses: el bebé responde con sonidos, movimientos y miradas. Aunque no articule palabras, ya está “conversando” contigo cada vez que reaccionas a sus gestos o necesidades.

  - 6 a 12 meses: aparecen los primeros balbuceos más claros, las sílabas repetidas ('ma-ma', 'pa-pa'), y empieza a imitar tonos y ritmos.

  - 12 a 18 meses: surgen las primeras palabras con intención comunicativa y pequeñas combinaciones.

  - 18 a 24 meses: los niños empiezan a unir dos palabras y a comprender la lógica de turnos en una conversación.

¿Por qué se consideran conversaciones?

Porque desde el primer día el niño está participando en un intercambio. Cuando le hablas, responde con sonidos; cuando te mira, interpretas sus gestos. Este ida y vuelta es la base de lo que más adelante será una conversación completa. Así, aunque parezca muy temprano, las primeras conversaciones ocurren desde los primeros meses de vida.

 

Cómo influyen en el desarrollo emocional y cognitivo

Las primeras conversaciones son una herramienta poderosa que moldea el desarrollo del niño a varios niveles. No sólo le ayudan a aprender a hablar, sino que influyen en su manera de pensar, sentir y relacionarse.

Desarrollo emocional

Hablar con tu hijo, incluso cuando aún no se expresa con claridad, le da un mensaje muy importante: “Lo que dices importa, tú eres importante”. La sensación de ser escuchado contribuye a:

  - Crear un vínculo afectivo seguro.

  - Fomentar su autoestima.

  - Reducir la ansiedad, porque siente que puede comunicar lo que necesita.

  - Aprender a manejar emociones, ya que el lenguaje ayuda a identificar y expresar lo que ocurre por dentro.

Desarrollo cognitivo

Las primeras conversaciones también estimulan procesos mentales muy importantes:

  - Atención y memoria: cada intercambio verbal le exige concentrarse y recordar sonidos, gestos y significados.

  - Comprensión del mundo: a través de tus palabras, el niño empieza a entender lo que lo rodea.

  - Formación del pensamiento lógico: el lenguaje es clave para organizar las ideas.

  - Desarrollo del vocabulario: cada conversación le ofrece nuevas palabras y conceptos.

Construcción de identidad

A través del lenguaje, el niño empieza a hablar de sí mismo: lo que quiere, lo que siente, lo que teme, lo que le gusta. Es en estos primeros intercambios donde aprende a ponerle nombre a su mundo interior, lo que ayuda a formar una identidad más clara y estable.

 

El papel de los padres

Los padres son los primeros interlocutores en la vida de un niño y ese papel es más importante de lo que muchas veces imaginamos. No se trata sólo de hablarle mucho, sino de saber cómo hablar y escucharle.

Presencia y atención

La presencia atenta hace que el intercambio sea más significativo. El niño necesita sentirse acompañado en el proceso. Esto implica:

  - Estar disponible para escuchar, incluso cuando sus palabras no son claras.

  - Mirarlo a los ojos mientras interactúan.

  - Responder de manera calmada y afectuosa.

Ser un modelo de lenguaje

Los niños aprenden por imitación. Tu estilo de comunicación influirá directamente en el de tu hijo. Cuando te escuchan hablar con claridad, cariño y paciencia, ellos intentan replicar lo que ven y oyen. Aquí se incluye:

  - El tono de voz.

  - La forma de resolver conflictos.

  - La manera de expresar emociones.

Ofrecer un ambiente seguro

Los niños se animan a hablar más cuando saben que no serán juzgados por equivocarse. Es importante evitar corregir de manera brusca o burlarse de sus errores. El objetivo no es que hablen 'perfecto', sino que se sientan libres para intentarlo.

Interpretar y acompañar

A veces los niños no encuentran las palabras para expresar lo que quieren decir. Si los acompañas verbalizando lo que crees que sienten o piensan, les das herramientas para comunicarlo por sí mismos:

  - “¿Quieres ese juguete?”

  - “¿Te sientes cansado?”

  - “¿Eso te hizo sentir triste?”

 

7 útiles consejos para las primeras conversaciones

Estimular las primeras conversaciones no requiere técnicas complicadas ni grandes esfuerzos. Lo más efectivo suele ser lo más sencillo, siempre y cuando se haga con intención y constancia. Sigue estas 7 prácticas recomendaciones:

1) Habla con tu hijo durante las actividades cotidianas

Describe lo que haces mientras cocinas, mientras lo vistes o mientras sales a caminar. Podrá así asociar palabras con acciones reales.

2) Haz preguntas sencillas, incluso si todavía no puede responder

Frases como “¿Quieres más?” o “¿Dónde está el perro?” le motivan a participar en el diálogo, aunque sus respuestas sean sólo sonidos o gestos.

3) Imita sus sonidos y amplía sus intentos

Si el niño dice 'agua', puedes responder: “Sí, quieres agua fresquita”. Validas así su palabra y le ofrecse una frase más completa que puede aprender poco a poco.

4) Lee todos los días

Los libros son una herramienta excelente para introducir vocabulario, rutinas y emociones. No necesitas leer textos largos; incluso los libros de imágenes son muy efectivos si los comentas con él.

5) Reduce distra­cciones

Las pantallas, el ruido excesivo o la falta de atención pueden bloquear el desarrollo del lenguaje. Las conversaciones necesitan un mínimo de calma para fluir.

6) Juega con ellos

El juego simbólico, como fingir que cocinan, conducen en un coche o atienden una tienda, es una de las mejores maneras de practicar lenguaje de forma natural y divertida.

7) Dale tiempo para responder

A veces los adultos llenan todos los silencios, pero los niños necesitan tiempo para organizar sus palabras. Si esperas unos segundos después de hablar, le das espacio para intentarlo.

Artículos relacionados


¿ALGUNA DUDA?

No dudes en contactar con nosotros si tienes alguna duda o pregunta que quieras hacernos. Estaremos encantados de atenderte.

Contactar