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28/07/2022
03 de julio | 2025
El networking, hoy en día, ya no es sólo para quienes buscan empleo. Se ha convertido en una herramienta esencial para crecer profesionalmente, descubrir nuevas oportunidades, colaborar en proyectos o incluso lanzar un negocio. Los expertos en desarrollo laboral coinciden en que esta práctica es una de las habilidades más valiosas en el mundo del trabajo actual y va mucho más allá de repartir tarjetas en eventos o sumar contactos en LinkedIn.
Encuentra en este post las 5 prácticas de networking que los expertos recomiendan con más frecuencia. Está pensado para que puedas aplicar los consejos de forma sencilla, ya sea que estés empezando en tu carrera, cambiando de sector o simplemente quieras fortalecer tu red profesional. Networking es mucho más que coleccionar contactos: se trata de cultivar relaciones significativas que te abran puertas en tu carrera profesional.
Sigue leyendo con atención, identifica los puntos que más te sirven y pon en práctica al menos uno de ellos desde ya.
Antes de lanzarte a conectar con otras personas, es importante tener claros tus objetivos. Pregúntate: ¿Qué quiero lograr con el networking? Puede ser encontrar un mentor, aprender sobre un sector nuevo, buscar clientes o simplemente conocer personas con intereses similares. Los expertos coinciden en que establecer contactos sin un enfoque claro puede llevar a frustraciones o relaciones vacías. Por eso, conviene definir con antelación qué tipo de contactos buscas y qué puedes ofrecer tú también.
También es fundamental ajustar tu mentalidad. Muchas personas sienten rechazo hacia esta práctica porque la ven como algo artificial o interesado. Sin embargo, cuando lo haces desde la autenticidad y la colaboración, se vuelve una herramienta poderosa de crecimiento mutuo. Haz una lista breve de tus intereses actuales, tus habilidades más fuertes y lo que te gustaría aprender de otros. Te ayudará a identificar conversaciones valiosas y personas clave en tu entorno profesional.
Tu perfil digital es tu carta de presentación en el mundo profesional. Antes de enviar una solicitud de conexión o escribir a alguien, es casi seguro que esa persona revisará tu perfil, especialmente en LinkedIn. Por eso, tener una presencia online cuidada es una de las bases del networking efectivo. Empieza por actualizar tu foto de perfil y titular profesional. Usa una descripción clara, sin jerga técnica innecesaria, que explique qué haces y qué valor aportas. Asegúrate de que tu experiencia, formación y habilidades estén bien descritas y actualizadas.
Pero no basta con tener un perfil completo: hay que estar activo. Publica contenido relacionado con tu sector, comenta en publicaciones de otros, comparte artículos interesantes o reflexiones breves. Demostrarás así que estás presente, informado y abierto a conectar. Otras plataformas como Twitter (X), Instagram o incluso TikTok también pueden ser útiles, dependiendo del sector en el que trabajes. Participa en conversaciones, usa hashtags relevantes y no temas mostrar tu personalidad profesional. La idea es construir una presencia digital coherente, que refuerce tus intereses y te acerque a personas afines.
Los eventos son oportunidades ideales para ampliar tu red. Ya sean ferias, charlas, webinars o encuentros informales, estos espacios te permiten conocer a personas con intereses comunes y conversar en un entorno más distendido. Antes del evento, investiga quiénes asistirán y prepara una breve presentación personal. No necesitas ensayar un discurso, pero sí tener claras 2 o 3 frases sobre quién eres y qué haces, para que puedas iniciar una conversación con confianza. A veces, una conversación de 5 minutos puede derivar en una colaboración muy valiosa.
Durante el evento, enfócate en escuchar. Pregunta a los demás qué hacen, cuáles son sus proyectos o qué les motivó a asistir. Mostrar interés genuino es una de las mejores formas de dejar una buena impresión. Si es un evento virtual, asegúrate de tener una buena conexión, usar tu nombre real y, si es posible, tener la cámara encendida. Participa con comentarios o preguntas en el chat y guarda los datos de contacto de personas que te resulten interesantes. Recuerda que no necesitas hablar con todos, sino conectar bien con unas pocas personas.
Una de las claves del networking que funciona a largo plazo es ofrecer algo antes de pedir. No significa que debas regalar tu tiempo o conocimientos sin medida sino aportar valor a los demás desde el inicio. Puedes compartir un artículo interesante, recomendar a alguien para una vacante, hacer una introducción entre dos personas que podrían colaborar o simplemente agradecer de forma sincera una charla o consejo. Es una actitud que genera confianza y establece una relación basada en el respeto mutuo, no en el intercambio de favores.
Además, las personas recuerdan a quienes les han ayudado desinteresadamente y eso puede abrirte muchas puertas en el futuro. Los expertos llaman a esto 'networking de valor'. Es una forma de mostrar que no sólo estás en busca de oportunidades sino que también estás dispuesto a construirlas para otros. Un buen ejercicio es pensar: ¿Qué puedo ofrecer yo que sea útil para alguien más? Tal vez una experiencia que viviste, una herramienta que usas o simplemente una escucha atenta.
El networking no termina cuando conoces a alguien. De hecho, empieza en ese momento. Dar seguimiento es lo que transforma una conexión puntual en una relación profesional duradera. Envía un mensaje de agradecimiento después de un encuentro, retoma una conversación pasada con alguna información nueva o felicita por un logro reciente que viste en redes. Son pequeños gestos que demuestran interés real y ayudan a mantener el vínculo vivo.
También puedes usar herramientas sencillas como una hoja de cálculo o apps de CRM personal para recordar con quién hablaste, cuándo y sobre qué temas. No se trata de ser frío o calculador, sino de tener organización. La constancia es esencia. No esperes a 'necesitar algo' para retomar contacto. Una red profesional fuerte se construye con interacciones periódicas y genuinas.
