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18 de octubre | 2024
Los 'escape room', al combinar diversión y aprendizaje, son una excelente herramienta educativa que puedes utilizar en tu aula. ¿En qué consiste? Tus estudiantes, trabajando en equipo, deben resolver acertijos o desafíos que les permitan 'escapar' de la clase en un tiempo limitado. Es una actividad interactiva que no sólo resulta divertida sino que también fomenta habilidades clave como el pensamiento crítico o la colaboración.
Encuentra aquí 5 eficaces recomendaciones para idear tu propio 'escape room' en tu clase. Es una dinámica que requiere una adecuada planificación. Si los retos son demasiado simples, o complejos, causarás aburrimiento o frustración en tus alumnos. Necesitarás también una estructura correcta para cumplir tanto con los objetivos pedagógicos que te has marcado como para que la experiencia resulte divertida y enriquecedora.
Aprovecha al máximo de un emocionante 'escape room' en tu aula, siguiendo estos 5 útiles consejos.
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El 'escape room' o 'cuarto de escape' es una actividad cada vez más popular en el aula. Aunque fue ideado originalmente como una forma de entretenimiento, ahora son un recurso educativo muy eficaz. Así, un grupo de estudiantes queda 'atrapado' en un espacio temático y, para 'escapar' o 'llegar a la meta', debe resolver una serie de retos en un tiempo marcado.
Es una actividad que requiere ingenio, lógica y, sobre todo, trabajo en equipo, lo que la convierte en una experiencia inmersiva y colaborativa. En el ámbito educativo, son valiosas porque ayudan a desarrollar habilidades cognitivas y sociales de forma divertida y desafiante. Los docentes pueden usarlas para reforzar conceptos académicos, fomentar el pensamiento crítico o estimular la colaboración.
Aquí te presentamos 5 útiles tips para organizar con éxito un 'escape room' con tus alumnos:
1) Define tus objetivos educativos y el tema del 'escape room'
El primer paso es tener claros los objetivos educativos que deseas alcanzar con la actividad. ¿Qué habilidades o conocimientos deseas que tus estudiantes refuercen? Puede ser algo relacionado con materias específicas, como matemáticas, historia o biología, o enfocarte en habilidades transversales como la comunicación o el trabajo en equipo.
Una vez definido el objetivo, elige un tema relevante para los estudiantes. Crear una buena historia y ambientación hará que conecten mejor con la actividad y, por tanto, la disfruten más.
2) Diseña retos y acertijos adecuados al nivel de los estudiantes
Después de definir el tema, el siguiente paso es crear los desafíos o acertijos que integrarán la dinámica. Deben adaptarse a la edad y nivel académico de los estudiantes. Si son demasiado difíciles, pueden generar frustración; si son demasiado fáciles, perderán el interés.
Prueba estas ideas para tus retos:
a) Puzzles numéricos o lógicos: perfectos para desarrollar el razonamiento o habilidades matemáticas.
b) Códigos y cifrados: una forma excelente de fomentar el pensamiento analítico mientras descifran mensajes ocultos.
c) Búsqueda de pistas: Pueden esconderse en el aula para motivar a los estudiantes a moverse y buscar respuestas.
d) Problemas de deducción: Los estudiantes deben conectar pistas para resolver un enigma.
3) Fomenta la colaboración
Una de las principales ventajas de esta actividad es su capacidad para fomentar el trabajo en equipo. Los retos deben diseñarse de manera que todos los estudiantes participen activamente. Para ello, organiza la clase en pequeños grupos y asigna papeles claros a cada uno: líder del equipo, anotador de pistas, solucionador de acertijos o buscador de objetos. Así, cada estudiante tendrá un papel clave en el éxito del equipo.
Es fundamental promover un ambiente de respeto y escucha activa. Los alumnos deben aprender a valorar las ideas de sus compañeros y resolver los conflictos de forma constructiva.
4) Crea una historia y un ambiente inmersivo
El éxito de la dinámica depende en gran medida de lo inmersiva que sea la experiencia. Tanto la narrativa como la ambientación son cruciales para captar la atención de los estudiantes. Asegúrate de que la historia motive a todos desde el principio, dándoles un contexto emocionante sobre por qué deben 'escapar' o resolver los acertijos.
No hace falta que la historia sea muy complicada, pero sí debe ser interesante. En cuanto a la ambientación, no es necesario gastar mucho dinero. Detalles simples como luces bajas, música de fondo o algunos objetos temáticos pueden transformar el aula y hacer que la experiencia sea más envolvente.
5) Planifica bien el tiempo
Es crucial organizar la actividad de manera que se ajuste al tiempo disponible. Si la actividad dura demasiado, los estudiantes podrían perder interés;. Si les resulta corta, quedarán insatisfechos. Lo ideal es que dure entre 30 minutos y una hora, dependiendo de la complejidad de los acertijos y el número de estudiantes.
Además, es importante evaluar la actividad. Al final, dedica un tiempo para reflexionar con los estudiantes sobre lo que aprendieron. Pueden discutir las estrategias que funcionaron, cómo resolvieron los problemas en equipo y qué habilidades desarrollaron. También es una buena oportunidad para evaluar su participación, el trabajo en equipo o la resolución de problemas.
