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06 de noviembre | 2023
Hoy ya no se discute la necesidad de hablar de sexualidad en el aula incluso antes de la adolescencia. La educación sexual es una responsabilidad que los docentes deben tomarse muy en serio, centrándose en el bienestar y el desarrollo emocional de los estudiantes. Sólo si se brindan a los más jóvenes las herramientas adecuadas podrán tomar decisiones informadas y seguras en una mundo cada vez más complejo.
Te invitamos a explorar cómo abordar la educación sexual de manera efectiva y comprensiva en el aula, brindando a los adolescentes la información y el apoyo que necesitan para navegar por su sexualidad de forma saludable. La ausencia de una educación sexual sana, por el contrario, les expone a riesgos como embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual o relaciones tóxicas.
Sigue nuestros 3 útiles consejos para abordar de forma sólida la educación sexual en la escuela.
Tradicionalmente, hemos aprendido sobre sexualidad adulta al entrar en la pubertad. Esto era así porque la pubertad llegaba más tarde, la gente se casaba antes y no había enfermedades de transmisión sexual como el VIH y el SIDA. En la actualidad, la brecha entre la pubertad y el matrimonio es más amplia, lo que hace necesario que los jóvenes aprendan a manejar su sexualidad de manera consciente, tanto dentro como fuera del matrimonio.
Tenemos que evitar los riesgos de no hablar sobre sexualidad en clase: embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual o, incluso, abusos de personas en posiciones de autoridad que se aprovechan de la inexperiencia de los adolescentes. ¿La solución? Escuchar sus opiniones, dotarles de información precisa e incentivar un diálogo abierto sobre sexualidad on padres o tutores que les ayude a tomar decisiones frente a la presión social.
Hablar de sexualidad es diferente a enseñar otras materias porque tiene que ver con un aspecto sensible de la vida sobre el que existen diferentes visiones. Antes de abordar el tema en el aula, los maestros deben comprender los términos clave. Por ejemplo, es crucial distinguir entre 'sexo' y 'sexualidad'.
La sexualidad es una parte fundamental del comportamiento humano que abarca el cuerpo, los sentimientos y el comportamiento de hombres y mujeres. Incluye aspectos relacionados con el género, la orientación sexual, el placer, las relaciones y la reproducción. La sexualidad se puede manifestar en nuestros pensamientos, creencias, deseos, fantasías, actitudes, valores o relaciones.
La guía “Educación integral de la sexualidad: conceptos, enfoques y competencias", de la UNESCO, señala que la sexualidad se expresa en nuestra forma de caminar, hablar, vestir, bailar, cantar o disfrutar cuando estamos con personas del mismo sexo o el opuesto. Además, nuestra sexualidad se ve influenciada por factores sociales, políticos, biológicos, psicológicos, culturales, económicos, religiosos, legales e históricos.
La sexualidad es diferente al sexo o las relaciones sexuales, que se refieren al acto físico entre hombres o mujeres o personas del mismo sexo.
Es esencial que los maestros busquen formas de introducir temas de sexualidad en el día a día, ya sea mediante la inclusión en el plan de estudios o de manera informal. En algunas materias, como literatura o ciencias, puede resultar más sencillo. Estos 3 consejos te serán muy útiles como docente:
1. Un espacio seguro
Cuando se trata de hablar sobre sexualidad y relaciones con los estudiantes, es fundamental crear un ambiente seguro en el aula. Esto implica no solo el espacio físico, sino también las reglas de la conversación. Es un tema que suele generar sonrojos y risas incómodas, por lo que es necesario establecer reglas que fomenten el respeto mutuo y la libertad de los estudiantes para participar o permanecer en silencio si así lo desean.
Es esencial construir una relación de confianza con los estudiantes y adaptar la discusión a sus experiencias, curiosidades y nivel de desarrollo. Aunque se debe tratar el tema con seriedad, se pueden utilizar toques de humor para fomentar la participación. Además, es importante prestar atención al lenguaje corporal y la comunicación no verbal de los alumnos, deteniéndose si algo les incomoda y retomando la conversación en otro momento.
Los maestros deben ser conscientes de sus valores y reglas personales, evitando que sus opiniones personales dominen la discusión. El enfoque debe centrarse en los estudiantes y su desarrollo de la sexualidad.
2. Abre las puertas a la diversidad
Es importante conocer a los estudiantes y sus antecedentes antes de hablar de sexualidad, evitando prejuicios y mostrando sensibilidad hacia la diversidad cultural o religiosa que pueda existir en el grupo. Es fundamental respetar y comprender las normas sexuales de las minorías y permitir que los estudiantes se expresen sin temor.
Es crucial abordar la existencia de la comunidad LGBT y brindar a los estudiantes la oportunidad de compartir sus opiniones sin prejuicios. Esto puede generar un debate intenso que el maestro debe manejar con habilidad.
3. Hay diferencias, sí
Durante las clases de sexualidad, observarás diferencia entre hombres y mujeres a la hora de acercarse a la sexualidad. Así, las mujeres suelen sentir mayor necesidad de hablar sobre temas personales y emocionales mientras que los hombres desean conocer información práctica. Sin embargo, es importante instruir a todos sobre temas como la presión de la pareja para participar en actividades sexuales no deseadas y la importancia de establecer límites.
Además, es esencial abordar temas como la diferencia entre la pornografía y las relaciones sexuales reales, la falsa imagen corporal que se presenta en los medios y la importancia de cuerpos no normativos y saludables. Se pueden utilizar diversos recursos: vídeos, juegos de rol o cajas de preguntas, para ayudar a los estudiantes a comprender este tema tan importante.