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10 de marzo | 2025
El duelo es un proceso complejo por lo que, ofrecer apoyo y empatía desde desde el entorno educativo, puede marcar una gran diferencia en la vida de aquellos que lo sufren. La pérdida de un estudiante, un docente o un familiar suele provocar un profundo impacto emocional en la comunidad escolar. Crear un ambiente de comprensión y acompañamiento permite que el aprendizaje pueda continuar en un entorno de cuidado mutuo.
En este artículo, exploramos cómo reconocer el duelo y sus manifestaciones así como útiles consejos para afrontarlo desde la escuela. Las emociones del duelo, si no se abordan correctamente, pueden afectar el rendimiento académico, generar aislamiento o incluso provocar conflictos en la comunidad educativa. Además, si los estudiantes no encuentran un espacio seguro para expresar el dolor, pueden sentirse perdidos.
Descubre aquí eficaces estrategias para acompañar una pérdida en tu centro escolar y brindar así el apoyo necesario a quienes lo necesitan.
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El duelo es el proceso emocional y psicológico que atravesamos tras una pérdida significativa. Hay diferentes modelos que han procurado entenderlo, siendo el de las 5 etapas de Elisabeth Kübler-Ross (negación, ira, negociación, depresión y aceptación) uno de los más conocidos. Sin embargo, no todos viven el duelo de la misma forma ni siguen el orden establecido en estas fases.
En el contexto educativo, puede manifestarse de distintas formas según la edad y madurez emocional de los estudiantes. Los más pequeños pueden no comprender completamente la permanencia de la pérdida, mientras que los adolescentes pueden experimentar emociones intensas y buscar apoyo en sus pares. Para los docentes, que se enfrentan a su propio proceso de duelo mientras deben brindar apoyo a sus alumnos, puede ser un gran desafío.
El duelo no sólo afecta las emociones sino también el comportamiento y el rendimiento académico. Estas son las señales más comunes entre los estudiantes:
a) Cambios en el estado de ánimo: tristeza, enojo, ansiedad o apatía.
b) Dificultad para concentrarse y bajo rendimiento escolar.
c) Cambios en el sueño y la alimentación.
d) Aislamiento o conflictos con compañeros.
e) Conductas regresivas en niños más pequeños.
Los docentes también pueden experimentar estrés emocional y agotamiento al manejar su propio duelo y el de sus alumnos. La presión por mantener la normalidad en el aula puede hacer que descuiden su bienestar emocional, por lo que también necesitan espacios de apoyo y acompañamiento.
El acompañamiento emocional es fundamental en el proceso de pérdida. Un ambiente escolar comprensivo puede marcar una gran diferencia en el proceso de sanación de toda la comunidad. Aquí te ofrecemos 4 estrategias de apoyo en el centro educativo:
1) Escucha activa y empática: se debe permitir que los estudiantes y docentes expresen sus emociones sin juzgarlos.
2) Crear espacios seguros: resulta terapéutico habilitar un lugar o momento en el aula para compartir pensamientos y sentimientos.
3) Flexibilidad en el aprendizaje: piensa en adaptar las expectativas académicas a las necesidades emocionales de los afectados.
4) Fomentar la colaboración: el trabajo en conjunto con familias y profesionales de la salud mental resulta muy apropiado para brindar un apoyo integral.
El duelo puede abordarse también desde una perspectiva pedagógica a través de actividades que permitan que los estudiantes canalicen adecuadamente sus emociones. Estas estrategias, además, contribuyen a normalizar el duelo como parte de la vida. Aquí te proponemos 4 ideas:
1) Escritura terapéutica: redactar cartas o diarios personales ayuda de gran manera a la expresión de sentimientos.
2) Arte y expresión creativa: los dibujos, la música o el teatro son formas excelentes de expresar la pérdida.
3) Cuentos y literatura: piensa en utilizar historias que aborden el duelo de manera sensible y adecuada a cada edad.
4) Dinámicas grupales: organiza actividades de reflexión y apoyo mutuo en el aula.
Cuando ocurre una pérdida en la comunidad escolar, es crucial manejar la comunicación con sensibilidad y claridad. Una comunicación adecuada puede ayudar a evitar rumores y contribuir a un proceso de duelo saludable dentro de la comunidad. Algunas pautas para informar sobre una pérdida incluyen:
a) Ser honestos y claros: usa un lenguaje apropiado para la edad y evita eufemismos confusos.
b) Respetar la privacidad: comparte la información necesaria sin vulnerar la intimidad de la familia afectada.
c) Brindar un espacio de expresión: permite que los estudiantes y docentes compartan sus emociones y preguntas.
d) Ofrecer acompañamiento: informa sobre recursos disponibles de apoyo, como orientadores o psicólogos.
El proceso de duelo puede ser todo un desafío, por lo que es fundamental contar con apoyo externo. Algunas opciones incluyen:
a) Psicólogos escolares: son profesionales capacitados para ofrecer acompañamiento emocional.
b) Grupos de apoyo: ofrece espacios donde los afectados puedan compartir experiencias con otros en situaciones similares.
c) Recursos digitales: hay páginas web, libros y vídeos que abordan este tema de manera didáctica. El acceso a estos recursos permite que alumnos y docentes puedan sentirse acompañados al encontrar formas de sobrellevar la pérdida de forma saludable. Podemos recomendar los siguientes:
- Webs: Dougy Center, Fundación Mario Losantos del Campo, Child Bereavement UK.
- Libros: 'El niño que se enfadó con la muerte', de Enric Benito; 'Siempre te querré, pequeñín', de Debi Gliori; 'El mensaje de las lágrimas', de Alba Payás.
- Vídeos: conferencias TED como 'We Don’t 'Move On' from Grief, We Move Forward With It' de Nora McInerny; documentales sobre duelo infantil y vídeos educativos en YouTube como los de la Fundación Elisabeth Kübler-Ross.
d) Colaboración con familias: la comunicación fluida entre la escuela y los hogares permite un mejor seguimiento del proceso de duelo.