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07 de julio | 2023
La bandeja sensorial es una actividad magnífica y sencilla que permite estimular los cinco sentidos de los niños desde edades muy tempranas. Es, básicamente, un recipiente fácil de hacer en casa o en el cole que incluye elementos para manipular, experimentar y observar. Sus beneficios son numerosos: desarrolla la coordinación y la concentración, mejora el nivel de atención y el deseo de aprender de de los más pequeños, entre otros.
Aprende aquí cómo hacer fácilmente una bandeja sensorial, qué elementos necesitas (base sensorial seca y húmeda) y unos útiles consejos e ideas para su utilización en diferentes contextos tanto en casa como en el aula. El uso de la bandeja sensorial, bajo la necesaria supervisión, supone para el niño un rato de diversión, un juego dirigido por ellos mismos, que les ayuda a potenciar su creatividad y autoestima.
Usa desde muy temprano la bandeja sensorial para estimular la comunicación no verbal de los niños y su pensamiento lógico.
Una bandeja sensorial es muy útil para definir conceptos de relevancia como vacío, lleno, frío, caliente, clasificar, meter, sacar y trasvasar.
Con las bandejas sensoriales se trabajan los cinco sentidos:
1) La vista, a través de la observación de objetos.
2) El tacto, por medio de la exploración de texturas de diversos elementos.
3) El gusto, con la prueba de alimentos.
4) El oído, escuchando los sonidos que producen los objetos.
5) El olfato, al percibir los aromas de los elementos presentes en dicha bandeja.
Los niños pueden beneficiarse de las bandejas sensoriales desde muy pequeños. Muchos expertos señalan que se pueden utilizar antes del primer año de edad, específicamente cuando tengan capacidad de sentarse sin ayuda de un adulto. La bandeja sensorial debe ser ajustarse a cada edad y no debe contener elementos de riesgo.
Como adulto, debes supervisar la interacción del niño con esta herramienta que le facilitará el proceso de 'aprendizaje significativo'. Durante la exploración, los niños identifican los materiales incorporados. Poco a poco, se irán añadiendo más objetos y elementos, ofreciendo alternativas más complejas.
Hacer una bandeja sensorial resulta bastante sencillo. Incluye estos elementos para que resulte más eficaz:
- Recipiente o bandeja: Deben ser de colores y elementos neutros para reducir distracciones y resaltar los objetos o materiales con los que debe interactuar el niño.
- Base sensorial: Básicamente, son los elementos con los que queremos estimular los sentidos del peque. En principio, puedes utilizar sal, azúcar, harina, pétalos, hojas, rocas, legumbres o pasta (base sensorial seca). También puedes incluir nata, jabón, hielo, gelatina, crema de afeitar y agua (base sensorial húmeda).
- Objetos o materiales para completar la bandeja sensorial: La base sensorial de tu bandeja es suficiente para estimular a los niños. No obstante, puedes utilizar más recursos si lo consideras necesario. Puedes agregar objetos que contribuyan el estímulo sensorial de los pequeños, de acuerdo a su edad y capacidades para interpretar la realidad. Las opciones más comunes son juguetes, muñecos, cuencos, pinzas, embudos, cucharas y más.
- Experimentos y minimundos: Mientras crecen, puedes agregar más elementos y así fomentar su interacción con la realidad. Si lo deseas, puedes crear un minimundo para mejorar la experiencia: los hábitats de animales son una excelente alternativa. Recrea historias y toca temas relacionados a la ciencia. Con este recurso también puedes realizar experimentos u observar cómo reaccionan ciertos materiales al mínimo contacto con otros.
- Mesa de luz: También puedes hacer que tu mesa sensorial sea sumamente llamativa. Colócala sobre una mesa de luz. Para que genere el efecto deseado, debes crear una mesa transparente, ya que de esa manera será mucho más fácil que pase la luz.
Hay factores que debes considerar para presentar una bandeja sensorial acorde a las necesidades de los peques. Estos son los más importantes:
- La edad: Las bandejas sensoriales pueden ser presentadas desde que el niño aprende a sentarse por sí solo. A medida que vaya creciendo y se vaya desarrollando, podremos incluir elementos más complejos que sean de su agrado y de su interés.
- Estética y efecto sorpresa: A la hora de presentar una bandeja sensorial hay que tomar en consideración elementos como la estética. Los materiales deben estar perfectamente organizados para atraer la atención de los niños. El efecto sorpresa es un factor clave, ya que les estimula a seguir aprendiendo.
- La observación: La supervisión de los adultos es importante, ya que de esa forma conocen qué es lo que más estimula al niño. Observarles nos ayudará a conocer lo que más les interesa de la bandeja sensorial y qué necesitan para desarrollar al máximo sus cinco sentidos.
- Acompañamiento: El acompañamiento es fundamental durante el proceso de aprendizaje. Aun cuando estés a la distancia, debes estar atento a lo que hace el niño. Debes estar al tanto de lo que hace en todo momento, sin interrumpirlo ni tratar de corregirlo. Recuerda que puede aprender de los errores que comete durante la etapa de exploración.
Aquí te presento cinco grandes ideas para preparar bandejas sensoriales:
1) Bandeja de arena: Puedes usar arena de playa para realizarla. Con ella, será mucho más fácil realizar castillos o cualquier otra figura.
2) Bandeja para letras: Aprovecha la arena de playa para que los niños hagan sus propios trazos con las letras que ya han aprendido.
3) Bandeja de comida: Ha sido una de las más exitosas durante los últimos tiempos. Puedes agregar alubias como base. También puedes agregar juegos de cocina para que tus chicos jueguen a ser chef.
4) Bandeja de transporte: Con las mismas alubias como base, agrega a la bandeja sensorial materiales como grúas, camiones, carritos de juguetes.
5) Bandeja de dinosaurios: A la mayoría de los niños les llaman la atención los dinosaurios por lo que una bandeja sensorial representada con estos seres es una buena opción para estimularlos.