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22 de julio | 2022
Un texto argumentativo debe, como señala su propio nombre, apoyarse en razones, pruebas o datos que permitan tanto un análisis razonado como comunicar con éxito la conclusión que se ha alcanzado. Por supuesto, las emociones pueden estar también presentes. El argumento a menudo también está en la propia vehemencia o convicción con la que defiendes tus ideas.
Te explicamos cómo es la estructura del texto argumentativo con algún ejemplo corto. También los diferentes tipos de argumentos (de cifras, autoridad, afectivos o testimoniales) que te pueden ser de gran utilidad en la defensa eficaz de una idea. Hacer un texto argumentativo, además, es un gran ejercicio de conocerte a ti mismo, de ordenar tus ideas y comunicárselas a los demás.
Redacta así un texto argumentativo con éxito a la vez que aprendes a escuchar y respetar los argumentos de otros.
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El texto argumentativo es un discurso que pretende convencer al receptor, cambiar su manera de pensar o reforzarla con razones lógicas, coherentes y sólidas que ratifiquen y fundamenten la idea que se está presentando. Cuando redactas este tipo de texto debes tener clara la idea que vas a defender, hacer una investigación a fondo para que los argumentos sean convincentes e impactantes al punto de lograr persuadir a quien escucha o lee.
Ejemplos de textos argumentativo son los artículos de opinión, editoriales, disertaciones o cartas argumentativas, donde claramente se observa que parten de una idea fundamental y desde allí se explican las razones de autoridad. Dos ámbitos donde se suele usar este tipo de textos son la publicidad y la propaganda. En la primera se intenta motivar a la compra de un producto o servicio y en la segunda se busca cambiar o reforzar la manera de pensar de las personas, a fin de que apoyen a un candidato.
Gracias a las características del texto argumentativo los puedes encontrar en el área científica, para crear, apoyar o desterrar una hipótesis; en la judicial, periodística, filosófica y otras tantas.
Texto expositivo argumentativo
Para presentar todas las razones y fundamentos de las cuales hablamos, es necesario incluir el texto expositivo argumentativo, es decir, proveer la información necesaria, el contexto, las variables que influyen, consecuencias y todo aquello que permita dar una explicación. Este texto será entonces el que dé la contextualización y aporte conocimientos, para que el receptor del mensaje sea capaz de comprender el panorama completo.
La estructura del texto argumentativo es sencilla: introducción, desarrollo y conclusión. Veamos de qué van:
1) Introducción
Se presenta la o las ideas a desarrollar de manera convincente y segura, para lo cual es conveniente usar citas, anécdotas, ejemplos o establecer de una vez la pregunta que vamos a responder. Esta idea también puede ser una tesis u opinión. En todo caso, debe ser algo breve pero que llame la atención para enganchar al público. Es momento de crear polémica, generar actitud de apoyo o reforzar el sentimiento/razones de quienes escuchan o leen.
2) Desarrollo
Aquí debes presentar tu argumento, aquello que justifique, explique y confirme la idea o ideas que plasmaste al inicio. Apoyas o refutas una tesis, para lo cual te vales de fundamentos teóricos, pruebas, características, relaciones de causa efecto, inferencias, ejemplos y, en líneas generales, una base sólida que demuestre tu punto.
En el cuerpo del qué es un texto argumentativo, debes aportar conocimientos y contrastes que apelen a la razón o a los sentimientos de las personas, a fin de convencerlas, reforzar, modificar opiniones.
3) Conclusión
Se trata de una síntesis de lo que has explicado a lo largo del texto, es decir, retomas tu idea central y recuerdas los principales argumentos, de forma muy condensada, para finalizar la presentación. Si hiciste una pregunta al iniciar, debes responderla; llamar a la acción sobre algo que planteaste, presentar soluciones, sugerencias, terminar de persuadir al público para cerrar.
Las partes del texto argumentativo lógicamente deben guardar una relación estrecha, reafirmarse entre sí y seguir una misma línea, no subordines ideas ni pierdas tiempo en explicar aristas del tema, enfócate en argumentar lo preciso para obtener la conducta esperada en el receptor.
El argumento es el razonamiento que emitimos para respaldar nuestras afirmaciones, es la clave del texto argumentativo; por ello debe ser sólido, coherente y convincente.
La respuesta a qué es el argumentativo la vamos a dar nosotros mismos en el desarrollo, sin dejar espacio para la duda y tomando en cuenta todo aquello que respalde la idea. De allí la importancia de investigar a fondo el tema, para hacer una base sólida y blindada contra las refutaciones.
A través de estos se prueba lo que aseveramos. Veamos algunos tipos de argumentos en un texto argumentativo:
• De cifras, donde se utilizan datos numéricos, porcentajes o probabilidades como ejemplos de argumentación.
• De autoridad, cuando tomas en cuenta lo dicho por una organización, persona o estudio especializado con una veracidad y peso contrastado.
• De causa efecto, donde se presenta el origen y las consecuencias o impacto que tiene una acción/evento/opinión.
• De ejemplificación: Mientras más ejemplos brindes, más contexto y fuerza le das a tu discurso.
• Emotivo afectivo: Busca desencadenar una emoción en el receptor apelando a sus sentimientos. Muy demandado en publicidad y propaganda.
• De experiencia personal: Basado en el testimonio en primera persona, es decir, de quien habla.
Esta estructura de texto argumentativo, para que tanto el inicio como el desarrollo y la conclusión tengan un hilo conductor, te puede ser muy útil:
1. Tesis: Es la idea principal que vas a desarrollar.
2. Título: Engloba la idea principal de manera llamativa para que atraiga y dé luces sobre la temática que abordarás.
3. En el primer párrafo debes plantear y explicar muy someramente la tesis o tema. Es la introducción. Debes ser preciso y directo, con oraciones principales. Puedes incluir una o varias a ideas que representan aquello que vas a defender en el desarrollo.
4. Sigue con dos o tres párrafos donde desarrolles los tipos de argumentos para dar fuerza y explicar la tesis. Por supuesto, la extensión es flexible pues solo tú conoces cuántos argumentos necesitas usar. Recuerda que en este punto debes crear un contexto, usar los debidos conectores entre párrafos para garantizar la interrelación. Como ejemplo, en un texto argumentativo puedes usar cifras, citas de autoridad, testimonios, etc.
5. En los dos últimos párrafos dedícate a cerrar el tema, dar el resumen o conclusión, siempre repitiendo la tesis inicial. Recuerda que debes responder la pregunta que plasmaste al empezar o dar solución al problema que aludiste. También puedes llamar a una acción concreta o emitir sugerencias.
Puedes utilizar diferentes estrategias para afianzar tu tesis y presentarla de forma fundamentada. Y lo puedes hacer en todo tipo de texto argumentativo: científicos, filosóficos, teológicos, jurídicos, periodísticos, de opinión o publicitarios. Estos recursos o técnicas te serán de utilidad:
• Citas textuales.
• Esquemas.
• Descripciones.
• Enumeraciones.
• Analogías.
• Factores emocionales.
• Experiencia.
Hacer un texto argumentativo lo puede lograr cualquier persona, pero que capte la atención del público y convenza es un arte que pocos consiguen. Por ello insistimos en que debe estar bien fundamentado y que sea sencillo de leer o escuchar, para lo cual es importante llevar un esquema.
El esquema te permite estructurar, jerarquizar y ordenar la información para que sea más digerible. Funcionará como guía para que el receptor comprenda mejor, ya que por lo general somos más visuales. Puedes usarlo para un texto de extensión larga o en un ejemplo corto de texto argumentativo, lo importante es que al principio dejes clara la tesis, luego la explicación de cada argumento que la sostiene.