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19 de octubre | 2023
La inteligencia emocional permite reconocer, gestionar y comprender de forma efectiva tanto tus propias emociones como las de los demás. ¿Te preguntas cómo puedes fomentarla en tus alumnos? Si lo haces, contribuirás a que tus estudiantes crezcan como personas equilibradas y resilientes, lo que, sin duda, les ayudará en el futuro en su vida académica y personal.
Por el contrario, la ausencia de una adecuada inteligencia emocional puede provocar no sólo un estrés innecesario en el aula sino también problemas de comportamiento y dificultades en las relaciones en el entorno escolar. Encuentra aquí 7 eficaces estrategias que te ayudarán a desarrollar inteligencia emocional en tus alumnos. Recuerda que no abordar este aspecto puede ser perjudicial tanto para tus estudiantes como para ti como docente.
Aplica estas estrategias de educación emocional en clase hoy mismo y mejora el bienestar emocional de tus estudiantes.
La inteligencia emocional es fundamental en la educación de los estudiantes. Aquí te presentamos 7 estrategias efectivas para cultivarla:
1. Conciencia emocional
Resulta esencial fomentar que los estudiantes se expresen abiertamente. Así como los adultos deben escuchar y atender sus problemas, los alumnos deben aprender a reconocer sus emociones y comprender lo que sienten. Tanto la autoconciencia como el autoconocimiento son habilidades clave en la inteligencia emocional.
2. Autocontrol
Ayuda a los niños a lidiar con la frustración. Enséñales que no siempre obtendrán de inmediato lo que quieren y que deben perseverar para alcanzar objetivos. La paciencia y la constancia son cruciales. El autocontrol emocional les permite regular sus sentimientos en sus momentos de frustración.
3. Da ejemplo
Para enseñar inteligencia emocional, primero debemos practicarla nosotros mismos. No podemos pedirles a los niños que sean tranquilos si nosotros nos mostramos ansiosos. Seamos modelos a seguir y manejemos nuestras emociones de manera saludable.
4. Enseña a reconocer las emociones
Enséñales a identificar sus propias emociones y las de los demás. A partir de los dos años, puedes animarles a reconocer diferentes emociones a través de imágenes o rostros. Pregúntales cómo creen que se sienten y cuáles pueden ser las causas.
5. Haz que afronten sus propias emociones
Los niños aprenden a través de la experiencia y los ejemplos. Si tienen berrinches, suele ser una forma de llamar la atención. No negocies con ellos hasta que se calmen. Luego, explícales cómo expresar su malestar de manera apropiada y cómo lidiar con la frustración. Aprender a perder es una lección valiosa de cómo enfrentar las emociones.
6. Reflexión antes de actuar
Ayúdales a reflexionar antes de reaccionar emocionalmente. Enséñales a canalizar emociones como la ira o el enojo de manera saludable, sin recurrir a la violencia. Es válido expresar sus sentimientos, pero de forma pacífica. Hacerlo de una forma saludable evitará que se lastimen y que terminen lastimando a los demás.
7. Desarrolla la empatía
Fomenta la empatía, que es clave en la inteligencia emocional. Hazles preguntas como "¿Cómo crees que se siente tu amigo después de lo que hiciste?" o "¿Por qué está llorando tu hermana?". Les ayudará a comprender las emociones de los demás y a ser más conscientes de su entorno.
Cuando los estudiantes desarrollan la inteligencia emocional, se convierten en personas más equilibradas y extrovertidas. Ven los problemas como oportunidades para crecer en lugar de preocupaciones. La clave es no dejar que las emociones dominen sus vidas ni que se conviertan en un conflicto en su vida cotidiana.
Es importante destacar que la inteligencia emocional no significa sentir más o menos emociones que otros, sino saber gestionarlas de manera efectiva. Esta habilidad es invaluable, especialmente en situaciones donde la primera impresión cuenta, como entrevistas laborales o citas románticas.