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30 de diciembre | 2022
Los niños también sufren de ansiedad. A ellos también les afecta el estrés y la depresión. Y si se les deja abandonados a sus propios designios los efectos pueden ser serios. Puede que veas a tu hijo ensimismado o que tu alumna explote en ataques de cólera o muestre agresividad. Por eso es muy importante tratar a los niños con tiempo para ahorrarles sufrimientos futuros.
Para ello, en este artículo nos acercamos primero a las causas que pueden producir ansiedad en los niños y luego te dejamos 7 señales que muestran que pueden estar sufriéndola. Además, encontrarás 5 cosas que puedes hacer para lidiar la ansiedad y depresión en los niños.
Existen hoy especialistas que tratan los efectos negativos de la ansiedad con efectividad y ayudan a superarla. Sigue leyendo y descubre cómo puedes evitar o ayudar a superar la ansiedad infantil.
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La ansiedad, el estrés y la depresión no son enfermedades exclusivas de los adultos. Hay niños que a muy corta edad experimentan episodios verdaderamente traumáticos como señal de algunas circunstancias que les afectan gravemente. Puede definirse “ansiedad” como un estado de completa agitación anímica que perturba al individuo hasta el punto de no poder controlarse por sí mismo.
Este fenómeno incide de manera negativa en el comportamiento y sus señales son más que evidentes. Si un niño está atravesando una etapa de ansiedad puede ensimismarse y quedar encerrado en su propio mundo. Por otro lado, también puede explotar en ataques de cólera, reflejados en constantes berrinches y en agresiones hacia las demás personas.
Los expertos aseguran que hay peques más propensos a experimentar este tipo de conducta: son los más imaginativos, los que se encuentran en alerta constante, los que por lo general tienden a exagerarlo todo, aquellos que siempre se mantienen a la defensiva y quienes por lo general tienen dificultades para mantener sus emociones bajo control.
Medline Plus, un efectivo sistema de información online de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, ha identificado algunas causas de la ansiedad infantil. Las enumera así en su artículo “Trastorno de ansiedad generalizada en niño”:
- Las pérdidas importantes suelen ocasionar consecuencias emocionales en los más pequeños. Puede ser la repentina muerte de un ser querido. El divorcio de sus padres también ocasiona episodios traumáticos y lleva al niño a un estado de profunda depresión.
- No todos son capaces de ver los cambios como algo positivo. Al contrario, pueden causar severos ataques de ansiedad, sobre todo si se hacen de forma repentina. Se han reportado algunos casos relevantes cuando por ejemplo hay planes de mudanzas a otras ciudades.
- Los niños abusados son los más propensos. Si alguno de ellos comienza a manifestar comportamientos extraños derivados por el estrés y la ansiedad, lo mejor es descubrir si tiene algún antecedente por abuso de cualquier índole.
- Vivir o convivir con personas violentas puede desencadenar este tipo de actitudes de forma recurrente. Lo mismo ocurre si los miembros de la familia demuestran conductas depresivas o ansiosas.
Lo cierto del caso es que resulta bastante sencillo detectar a un niño con ansiedad si prestas atención a la conducta que manifiesta en su entorno. Pon atención a estas 7 señales y sabrás si realmente estás ante una pequeña persona con este tipo de problemas:
1. Nerviosismo y taquicardia constantes
Las personas con ansiedad experimentan un aumento excesivo de los latidos de su corazón. Esta situación preocupa mucho al pequeño ya que desconoce las razones por las que su ritmo cardíaco aumenta de forma repentina. Por lo mismo, incrementa su nivel de nerviosismo y estrés, manifestándolo fácilmente ante los demás.
2. Dificultad al momento de respirar
Una de las consecuencias de la arritmia es la dificultad para respirar. Un niño que empieza a sufrir un ataque de ansiedad se le hace mucho más difícil inhalar y exhalar. Pero puede haber casos muchos más complejos en los que la persona es capaz de hiperventilar al punto de sufrir pequeños mareos y perder el conocimiento.
3. Excesiva sudoración
Cuando un pequeño está muy ansioso, su cuerpo comienza a producir sudor en exceso. Pareciera que estuviera en medio de un entrenamiento de alto rendimiento.
4. Preocupación extrema
Otra de las señales que indica ansiedad en los niños es la excesiva preocupación hasta por las cosas más insignificantes. Algunos especialistas han llegado a manifestar que los peques bajo este estado se tornan perfeccionistas, pero también llegan al grado de exigirse mucho más a ellos mismos.
5. Pensamientos negativos
Los pensamientos negativos prevalecen. Pero no solo eso, sino que lo exteriorizan en cada momento. Se trata de un efectivo mecanismo de defensa que desarrolla ante un estado de estrés y angustia pues creen que están en constante peligro.
6. Repetición constante de movimientos y tics nervioso
Si notas a un niño mordiendo sus uñas de forma recurrente o tirando de su cabello en cualquier momento, debes actuar de forma inmediata, pues se encuentra en un estado de nerviosismo generado principalmente por su ansiedad. Pero este sentimiento de miedo también se evidencia en la cantidad de movimientos que repite un niño en lapsos muy cortos de tiempo.
7. Problemas de atención y de apetito excesivo
La falta de concentración es uno de los signos más notorios. Si el niño no presta atención en casa, y mucho menos en el colegio, es porque seguramente está teniendo un episodio de miedo o nerviosismo. Este mismo problema altera por completo los sentidos y se desarrollan ataques descontrolados de hambre, por lo que necesita comer de manera desesperada.
Ahora que sabes cómo identificar a un niño ansioso, ha llegado el momento de tomar cartas en el asunto. Antes de nada, debes mantener la calma, pues de lo contrario aumentarás el problema. Segundo, debes seguir los consejos que la organización sin ánimo de lucro Child Mind Institute ha recopilado en su artículo “Qué hacer (y no hacer) cuando los niños están ansiosos”.
1. Ayudar a los niños a manejar la ansiedad
Es importante centrar tu atención en generar estrategias para manejar efectivamente la ansiedad y no en erradicar sus detonantes. Una vez que aprenda a controlar sus sentimientos y funcionar en medio de cada episodio, su ansiedad mejorará o simplemente desaparecerá con el tiempo.
2. No dejes de hacer cosas por el simple hecho de que generan ansiedad
Evitar aquellas situaciones o lugares que generan nerviosismo y estrés solo los hará sentir seguros por poco tiempo. A la larga, el sentimiento de ansiedad se irá fortaleciendo. Ligado al punto anterior, es importante que el niño aprenda a controlar ese estado y generar mecanismos que lo ayuden a ser más felices y plenos.
3. Mantén el respeto de sus sentimientos
Lo más importante es ser empático con el niño que está aterrorizado por una situación. No quiere decir que debas consentir sus miedos, ya que podría incrementarlos. Lo más importante es hacerle saber que entiendes las razones de su estado pero que estás allí para ayudarle a superar el momento difícil.
4. Evita reforzar sus miedos
Evita los mensajes y comportamientos que refuercen el temor de los niños a cualquier situación, lugar o persona. A la larga, aumentaría el problema de manera significativa.
5. Hazle saber lo fuerte que es
Es necesario hacerle saber que lo apoyas en sus intentos por tolerar sus niveles de ansiedad. Dile lo orgulloso que te sientes de los esfuerzos que hace para evitar cualquier situación difícil. De esa forma, estará mucho más alentado a salir del trance por sí solo y en el menor tiempo posible.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades también plantean la necesidad de conversar sobre los problemas de ansiedad infantiles con un especialista en el área. Los prestadores de servicio trabajarán en la evaluación del pequeño de forma constante para conocer las causas de su problema y para ofrecer el mejor tratamiento.
El análisis de los expertos determinará si el tratamiento debe incluir alguna medicación, sumada a las jornadas de terapias de comportamiento que pueden incluir terapia infantil o terapia de índole familiar. Si el especialista lo determina, puede inducir a la escuela a acudir a los procesos de terapia.