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20 de julio | 2023
Los traumas infantiles son eventos que causan un gran estrés y temor en los niños y que pueden afectar muy seriamente su vida futura. Los estudiantes pueden enfrentarse a situaciones que les afecten emocionalmente: acoso escolar, divorcio de los padres, la pérdida de un ser querido o incluso violencia en la escuela. No tomar en serio las emociones de un alumno puede tener consecuencias muy graves.
¿Cómo puedes ayudar a un niño a superar una experiencia traumática? Como padre o educador, puedes hacer bastante al respecto si sabes identificar los síntomas. El miedo a no saber cómo actuar, la preocupación de empeorar la situación o la falta de habilidades para manejar el trauma pueden ser peligrosos. Escucha, valida, apoya y alienta a tus estudiantes. Si crees que alguien está sufriendo, no lo ignores.
Sigue estos consejos y ayuda a los niños a vencer una experiencia traumática.
Las causas más comunes de los traumas infantiles son:
a) Problemas para enfrentar situaciones difíciles: El pequeño puede sentirse vulnerable si no sabe cómo afrontar los problemas que se le presentan. Esto puede hacerle pensar que cualquier cosa puede superarlo.
b) No sentirse preparado para situaciones adversas: El niño siente que no está listo para enfrentarse a ciertas situaciones. Puede suceder también que esté atravesando por otros problemas en los que centra toda su atención.
c) Falta de seguridad: Si un niño ha sido amenazado o ha sentido que su seguridad está en riesgo, puede sentir que no está protegido.
d) Sensación de impotencia: Si siente que no puede resolver un problema, puede sentirse frustrado e incapaz de superar la situación.
Los niños que experimentan un trauma cambian su comportamiento de manera repentina y prolongada. Observa si muestran alguno de estos síntomas:
- Nerviosismo y ansiedad: El niño puede sentirse ansioso y nervioso por una situación traumática vivida.
- Tristeza: Está triste la mayor parte del tiempo y no tienen ganas de realizar ninguna actividad.
- Problemas de concentración: Muestra dificultades para concentrarse o está constantemente distraído.
- Cambios de humor: Se observan frecuentes cambios de humor e irritabilidad frente a los demás.
- Problemas de sueño: La falta de sueño y las pesadillas constantes son síntomas de un niño que atraviesa un trauma.
- Angustia y temor: Constantemente está angustiado o temeroso del entorno.
- Aislamiento social: El niño se aisla y evita hablar sobre la situación traumática.
Si un niño está pasando por una situación traumática, debes encontrar formas de ayudarlo a superar el problema antes de que sus consecuencias sean devastadoras. Estos consejos te pueden ser muy útiles:
1. Haz que el niño se sienta seguro
Los niños que han pasado por un evento traumático quieren sentirse protegidos por sus padres. El contacto físico es la mejor forma de expresarlo. Es importante que le des un abrazo o una palmada afectiva en la espalda para hacerle sentir seguro y tranquilo.
2. Sé un buen ejemplo
Los niños, cuando se enfrentan a problemas, aprenden de sus padres o docentes por asociación o imitación. Si quieres convertirte en un ejemplo, simula una situación alarmante y busca soluciones rápidas y efectivas. Si los padres actúan con calma y resuelven problemas de manera efectiva, los niños pueden imitar su comportamiento.
3. Actúa con serenidad
Los niños buscan seguridad en los adultos, así que es importante actuar con calma y no manifestar ansiedad o miedo delante de ellos para no empeorar la situación. No hables de tus temores delante de ellos, ya que aumentarás sus niveles de estrés. Mantén la calma y actúa con inteligencia.
4. Crea espacios para distraer al niño
Crea entornos en los que el niño que ha sufrido un trauma pueda distraerse y divertirse un poco. Así se olvidarán, al menos momentáneamente, de la situación que le genera estrés mientras se busca una solución. Es un gran mecanismo de defensa para estos niños.
5. Haz que continúen con su rutina
Con una rutina diaria, los niños sentirán que todo está bien y que pronto volverá la normalidad. Establece horarios para dormir y comer, igualmente para que hagan sus deberes. Los padres deben mantener las mismas reglas en casa. De esta forma, gestionarán mejor el caos.
6. La escucha activa es importante
En momentos de caos es cuando más debes escuchar a un niño. Presta mucha atención a lo que tiene que decir y haz que se sienta confiado de acudir a ti en momentos difíciles. Manifiéstale que todo está bien y que puede acercarse a ti las veces que considere necesario.
7. No lo expongas a noticias relacionadas con el evento traumático
El consejo es especialmente útil para padres con niños muy pequeños. Exponerlos constantemente a noticias relacionadas al hecho traumático en radio, televisión o periódicos, es hacerles creer que el problema no va a terminar. Si el niño cree que los problemas son pasajeros, más rápido se recuperará.
8. Practica ejercicios de respiración
Involucra a los niños en ejercicios de respiración para ayudar a calmarlos. Practicar el yoga o la meditación es indispensable en estos casos. Los expertos aseguran que cuando una persona controla la respiración, sus niveles de ansiedad disminuyen de forma considerable.
9. Reconoce los sentimientos del niño
Sé empático y reconoce los sentimientos del niño cuando manifiesta una preocupación. Si te confiesa una experiencia traumática, el peor error que puedes cometer es decirles que no es nada. Sentirán que lo que sienten carece de importancia. En estos casos, puedes decir: “Entiendo perfectamente cuál es tu situación y voy a ayudarte”.
10. Pide ayuda cuando lo consideres necesario
Muchas veces, el problema supera las capacidades del niño y los adultos. No tengas miedo en pedir ayuda profesional en salud mental. Si las experiencias traumáticas son muy graves y no se gestionan correctamente, el niño podría sufrir paranoia y ataques de pánico. En el peor de los escenarios, podría pensar en hacerse daño como mecanismo para salir rápidamente del conflicto que le atormenta.