Índice de contenidos:
21 de noviembre | 2022
Seguro que tú también has oído que aprender a tocar un instrumento musical de niño aporta muchos beneficios educativos. Muchas investigaciones parecen confirmarlo. Las habilidades cognitivas, la memoria o la socialización son algunos de los 7 beneficios que reporta a nivel educativo y aquí te los describimos de forma sencilla.
Te contamos también cómo la formación musical interviene en el desarrollo cognitivo y los beneficios que aporta también en la edad adulta, por ejemplo en la memoria o en el retraso en la aparición del Alzheimer.
Por si a tus niñas les da pereza, o a ti, los beneficios son para todos, descubre en este post el método o sistema BACh que permitirá que tus hijos aprendan a tocar un instrumento de manera rápida y sencilla.
Decidir cuál es la mejor actividad extracurricular para nuestros hijos no es tarea fácil, pues siempre queremos lo que reporte mayores y mejores beneficios. El portal de la doctora investigadora Ewa Miendlarzewska muestra cómo la formación musical es capaz de influir en el desarrollo cognitivo, logrando así un beneficio educativo y para la vida adulta del pequeño. Veamos qué se logra:
• Varios estudios han demostrado que los niños que son parte de una formación musical poseen más orientación en el tiempo, memoria verbal, capacidad de lectura e incluso les es más fácil aprender otro idioma.
Esto se debe a que el entrenamiento al cual son sometidos requiere procesos de adaptación cerebral en cuanto a temporalidad (para llevar el compás), lectura de música, destreza motora de tocar, desarrollo del oído. Son logros a nivel cognitivo que se proyectan hacia otros ámbitos de sus vidas.
• Los pequeños aprenden a jerarquizar y unir funciones a nivel cognitivo, lo cual significa una ventaja para aprender a estudiar y a relacionar conceptos. ¿Cómo es posible? Porque la interpretación musical exige jerarquización de acciones para luego convertirlas en un todo.
Hablamos de leer los símbolos musicales, traducirlos al cerebro y reflejarlos en una actividad motora secuencial, que se da al tocar el instrumento; pero al mismo tiempo, hacerlo bien implica otras acciones como la retroalimentación multisensorial, la memorización de pasajes musicales y a veces improvisar.
• Se ha comprobado que tocar un instrumento incrementa la habilidad de escuchar, lo cual interfiere directamente sobre el habla. Inclusive existe una mayor conectividad funcional del cerebro si la formación es a largo plazo.
Esto se demostró en un estudio donde se observaron diferencias anatómicas en el cerebro de los músicos, presentan variaciones en las cortezas auditivas, motoras, cerebelo, región temporal, frontal, el cuerpo calloso.
Vamos a puntualizar los beneficios más importantes a nivel educativo de tocar un instrumento a edad temprana, más o menos a partir de los 5 años, que es el momento ideal para introducir a nuestro hijo en el mundo musical. Claro, deberás fijarte en qué instrumento le agrada más o para cuál tiene habilidad.
1. Fortalece la memoria: La Universidad del Istmo hace referencia a que aprender a tocar implica memorizar notas, tonos, melodías, timbres, lo cual con la práctica permite agilizar y proyectar dicho proceso en el aula. Además, se ha comprobado que los músicos tienen un desarrollo auditivo y táctil bastante avanzado, pues lo requieren para producir música; lo que será gran ventaja en la escuela para recordar lo enseñado por los maestros.
2. Ayuda a mejorar la coordinación: Cuando un niño crece es importante que aprenda de coordinación motriz, lo cual en parte es enseñado en la escuela, así puede ir realizando actividades simultáneas tal como hacemos a lo largo de la vida.
El tocar un instrumento musical ayuda enormemente a que esto sea posible pues primero tiene que aprender a sincronizar sus movimientos y posición corporal. Por ejemplo, la flauta requiere coordinación de los dedos, así como la guitarra, el teclado o piano, el violín.
3. Afina las habilidades cognitivas: Como mencionamos antes, tocar ayuda al desarrollo cognitivo y estimula diversas áreas cerebrales, que en la escuela se traduce en mejor memorización, concentración, pensamiento lógico, control motriz, habla y escucha.
4. Enriquecimiento del vocabulario: Además de leer las notas musicales se leen las canciones, lo cual permite al niño enriquecer su vocabulario, conocer nuevos significados que lo ayudarán en su rutina y a usar el lenguaje.
5. Ejercita la disciplina y perseverancia: Aprender a tocar instrumentos necesita disciplina, práctica y constancia; se aprende el valor de esforzarse cada día para lograr una meta. En el plano educativo se sigue esta misma ruta para adquirir conocimientos en cualquier área, el ensayo y error, la paciencia, el poder de afinar los detalles. Son dos escenarios distintos que se pueden alimentar el uno del otro.
6. Repercute en la creatividad: Es reconocido el efecto de la música sobre el desarrollo de la parte creativa del cerebro, lo que puede beneficiar al niño en cuanto a cómo aprender algo en la escuela, cómo abordar situaciones o cómo alcanzar los objetivos planteados en clase.
7. Favorece el proceso de socializar: La escuela puede sacar a relucir la inseguridad del niño sobre cómo hacer amistades, alternar con sus compañeros, asociarse o tratar a sus líderes (maestros y autoridades). Pero si está en un ambiente de aprendizaje musical, donde le enseñan a cooperar para formar una melodía, asociarse con los demás e incluso relacionarse con pequeños de mayor edad, se sentirá más seguro para socializar.
Todo lo que hacen los padres en la vida del niño repercute en su edad adulta, y el haberlo formado en el ámbito instrumental le servirá incluso para evitar enfermedades crónicas degenerativas. Esto fue lo que reseñó El Diario sobre varios trabajos realizados por la investigadora Brenda Hanna-Pladdy.
• Tocar un instrumento reduce el riesgo de sufrir deterioro cognitivo y problemas de memoria en la edad adulta, más allá de los 60 años; de manera que retrasaría la aparición del alzheimer. Específicamente los estudios se orientaron hacia la memoria no verbal, los procesos cerebrales y el recuerdo de nombres.
• Cuando un niño aprende a tocar logra realizar procesos cerebrales complejos que relaciona en fracciones de segundo. Las cortezas auditiva, motriz y visual, además de las conexiones neuronales, se acostumbran a trabajar en una ágil sincronía que a largo plazo resulta en un desarrollo cerebral más avanzado, en una mejor memoria que la media de personas que no son músicos.
Ya que conoces los beneficios que otorga tocar un instrumento, te contamos que se ha ideado un sistema, denominado BACh, que permitirá a tus hijos aprender a tocar de una forma más rápida según sus niveles cerebrales, e incluso funciona para otras áreas como los idiomas o las matemáticas.
Consiste en colocar sensores sobre la cabeza que miden las ondas cerebrales cuando la persona toca, así logran detectar los niveles de oxigenación cerebral y la concentración. Se ajusta luego el ritmo y la complejidad de enseñanza a cada persona, pues el avance no es igual para todos. Lo que se logra es que se avance en cuanto a la cantidad de información aprendida y su dificultad según la actividad cerebral, identificando y usando especialmente esos momentos cuando la mente está más ágil, más abierta a aprender.
Las investigaciones al respecto concluyeron que se aprende mejor, más rápido y se cometen menos errores que aquellas personas que siguen un método tradicional, pues la enseñanza se ajusta y regula más efectivamente.