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17 de enero | 2023
Es muy importante que los niños trabajen su voluntad desde temprano porque les permitirá desarrollar una mayor determinación para alcanzar sus metas en la vida y no darse fácilmente por vencido ante las dificultades. Los padres y docentes, por supuesto, deben participar en el desarrollo de esa voluntad y lo pueden hacer, durante sus tres primeros años de vida o bien entre los 6 y los 3 años, tal y como te señalamos en este artículo.
De los diferentes estudios existentes al respecto, hemos seleccionado 5 estrategias para incentivar la fuerza de voluntad en los niños: desde buenos hábitos de lectura hasta acostumbrarlos a tomar decisiones, con el apoyo de los padres, desde pequeños. La fuerza de voluntad de los niños va a depender también del tipo de educación que reciban (efectiva, preventiva, etc).
Si deseas que tus hijos o alumnos no sufran de sentimientos de culpa o desmotivación en el futuro, sigue leyendo este artículo e intenta aplicarlo en el aula o en casa.
Padres y madres trabajan para impulsar la fuerza de voluntad de sus hijos para que sean cada vez más autosuficientes e independientes. Esto les va a permitir un desarrollo más óptimo en el ámbito personal o profesional pero también en la forma de relacionarse con otras personas.
Pero, ¿qué es la voluntad? Básicamente, es la capacidad que tienen la personas de enfocar su atención en una meta determinada. Es fundamental para potenciar las capacidades, para ser constantes ante cualquier circunstancia y para no rendirse ante cualquier adversidad.
Incentivar la fuerza de voluntad desde muy temprano es sumamente importante pero el proceso se va desarrollando poco a poco y evoluciona de acuerdo a la edad.
- Durante los primeros 3 años
Es a partir de los primeros dos años de vida cuando un niño expresa algunas conductas que muestran que está empezando a ser consciente de sus acciones. A medida que descubre su individualidad, va construyendo su propia voluntad con ayuda de sus padres.
Se trata de una etapa muy especial en la que influye sobremanera el entorno familiar. Pero también en el que el lenguaje desempeña un papel trascendental para construir la independencia o autonomía que regirá su conducta en adelante.
- Entre los 3 y 6 años
Durante esta etapa de sus vidas, los niños siguen explorando el mundo sin haber discriminado ciertas conductas que inhiben su comportamiento. Por lo mismo, no renunciarán a ciertas actividades aunque parezcan temerarias ya que es propio del aprendizaje propio de su edad.
Es también la etapa en la que comienzan a desarrollar su propio lenguaje. Esto resulta imprescindible para iniciar ese diálogo interior que le permitirá forjar su propia voluntad.
¿Es posible fortalecer la fuerza de voluntad de un niño? La respuesta es un rotundo sí y aquí te dejamos 5 estrategias imprescindibles desarrolladas por expertos del Colegio Chimalistac.
1. Incentívalo a leer buena literatura
Puedes motivar a tus hijos a leer esos libros que les ayuden a tomar decisiones favorables y que les enseñen a que sus elecciones tienen consecuencias, ya sean positivas o negativas.
Una literatura de peso hará que desarrollen ciertas habilidades por esos elementos implícitos en un texto de buena narrativa.
Los libros apelarán a sus emociones y conciencia pero lo más importante es que estimulan a los niños de tal manera que les permitirán tomar decisiones acertadas a lo largo de su vida.
2. Los buenos hábitos en casa
Aquellas acciones que se desarrollan habitualmente no necesariamente necesitan de un proceso de toma de decisión complejo. Por eso no ejercen presión en torno a la voluntad del individuo.
Es cierto que la persona ejecuta ciertas acciones por la simple costumbre de hacerlo así que si desde niño ejercen hábitos saludables la presión sobre la voluntad mermaría. En este caso, mantendrá sus fuerzas en reserva para aquellas decisiones trascendentales.
El gran objetivo de los padres es que sus pequeños hijos puedan desarrollar su propia voluntad y actuar en función de ella. Pero mientras están en ese proceso de formación y aprendizaje, pueden ver en los hábitos un gran respaldo.
3. Pon en práctica el proceso de toma de decisiones
A medida que pasa el tiempo, se cruzarán en su mente varias ideas por las que tendrán que decidir. El pequeño por sí solo escogerá cuál de ellas influirá en una acción determinada o en su comportamiento habitual.
Por lo mismo, es indispensable que el adulto le dé oportunidad de poner en práctica la tarea de tomar decisiones cuando esté ante dos o más alternativas. Recuerda que una elección trae consecuencias y dicha lección debe ser aprendida.
4. Incentívalo a que elija correctamente
La tarea de los padres que desean desarrollar la fuerza de voluntad de sus hijos es promover y alentar una buena decisión. Si notas que se ha distraído de sus obligaciones y al cabo de unos minutos las retoma, no olvides felicitarlo.
Las palabras son esencialmente útiles para apoyarlos durante el proceso de toma de buenas decisiones. Pero tu ejemplo como individuo o ciudadano se convertirá en uno de los mejores alicientes para contribuir al desarrollo de su voluntad.
5. No debes resolver todos sus problemas
Si tu hijo está obligado a resolver algún inconveniente, espera a conocer su elección para hacer frente al problema. No se trata que lo abandones a su suerte pero sí es necesario no intervenir cuando está en apuros.
Aunque estarás allí para guiarlo por el camino correcto, tanto tú como el niño debéis ser conscientes de que, aún a corta edad, puede hacer ciertas cosas por sí solo.
Diana Patricia Palacio, orientadora familiar y licenciada en educación preescolar, ha identificado algunos tipos de educación que optimizan la voluntad en los niños. Su investigación “La educación de la voluntad”, avalada y publicada por la Universidad de Antioquia, identifica esos tipos así:
1. Educación oportuna
Habla de la importancia de la educación y experiencia adquirida durante los primeros seis años de vida que se convertirán en la base fundamental para el desarrollo de su fuerza de voluntad.
Durante esta etapa, la educación estará sustentada en hacerlos mejores personas. La presencia parental es determinante en el proceso de toma de buenas decisiones.
2. Educación efectiva
La educación efectiva está relacionada principalmente al estímulo positivo que deriva de los padres. Para ello, el adulto debe garantizar información clara para estimular a los niños de manera acertada. Pero también, están obligados a dialogar de manera oportuna y efectiva en un ambiente sano y tranquilo.
3. Educación preventiva
Consiste en incentivar buenos hábitos en el momento preciso; es decir, antes de que sea demasiado tarde.
4. Educar por medio del ejemplo
La fuerza de voluntad también se desarrolla a través del ejemplo que dan los padres a sus hijos. Para hacerlo de forma correcta, es necesario que los peques sepan que el adulto lucha por ser una mejor persona, que juntos saldrán adelante como familia o trabajarán para el cumplimiento de grandes metas.
El diario argentino Clarín habla del tema en su artículo “La falta de voluntad: ¿algo psicológico o físico?”. Allí especifica las consecuencias de no haber desarrollado con éxito la fuerza de voluntad.
- Alteración en las relaciones entre amigos y con la familia.
- Los individuos son mucho menos expresivos y tienden a decir y actuar según lo necesario.
- Por lo general, experimenta sentimientos de culpa ante un hecho determinado, lo que genera mayor desmotivación y pensamientos negativos.
