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09 de marzo | 2023
Tenemos que cohabitar con nuestros hijos (además de cuidarlos y amarlos) y a menudo convivir no resulta muy fácil. La relación con ellos debe establecerse sobre el respeto y el cariño. No importa la edad que tengan, son personas con sus propias necesidades, derechos y responsabilidades en cada fase de su vida. Y ese respeto familiar se consigue, de acuerdo a muchos especialistas, con una buena comunicación.
Eres el o la guía de tus hijos ya que los padres son las primeras personas en las que se fijan. Como tal, has de señalar comportamientos y límites, corregirlos y a veces decirles que no, además de establecer rutinas diarias que van a ayudar a fortalecer los vínculos familiares. Te apuntamos cómo mejorar la relación con tus hijos y 5 ejemplos de rutinas que ayudarán a construir una buena relacion familiar.
Sigue estos consejos y, a pesar de la falta de tiempo, establece una convivencia familiar basada en el respeto, la comunicación o la tolerancia.
Crear hábitos en tus hijos desde que son bebés hace que desarrollen su personalidad, además de brindarles seguridad y tranquilidad. Levantarse e ir a dormir a la misma hora cada día, por ejemplo, es una gran señal de educación en los niños. Realizar la misma tarea todos los días enseña constancia por lo que tus niños se convertirán en personas estables en todos los aspectos de la vida.
Como progenitores, tenemos que vigilar toda experiencia de los pequeños y cerciorarnos de que deje una enseñanza. Durante su crecimiento aprenderá a valorar lo que les rodea y así, cuando haya alguna sorpresa, sus emociones resultarán espontáneas haciendo que el ambiente familiar sea el más idóneo.
Si tu hijo reconoce las costumbres y la rutina, va a demostrarlo en cualquier situación y espacio. Tal es el caso de la higiene, los horarios de sueño o comida y la forma de dirigirse a los adultos. No será necesario que les den órdenes porque verá todo como parte de la normalidad.
Si bien es cierto que se deben generar costumbres, la creación del vínculo real entre padres e hijos se origina en los detalles. Para mejorar la relación con tus hijos, lo más importante será que ellos sientan que tú los respetas, les entiendes y los apoyas. Por eso debes prestar atención a las cosas que les generan felicidad, angustia o cualquier otra emoción.
Por otro lado, ser empático fortalece su inteligencia emocional. Así como debes acompañarlo en sus tristezas, deben reír a carcajadas de sus chistes y demostrarse cariño las veces que sea necesario. Igualmente, los padres deben animar a sus hijos si se enfrentan a algún reto para crear seguridad en ellos.
Un aparato que distancia a las personas, aunque estén muy cerca, es el teléfono móvil; así es que no lo utilices si estás junto a ellos. Tampoco atiendas en casa a asuntos laborales, respondas correos electrónicos o llamadas telefónicas pues te alejan de ellos. Cuando estéis juntos, préstales toda tu atención para fortalecer los lazos entre vosotros.
Estos son cinco ejemplos de rutinas que se pueden crear para fortalecer los vínculos entre los miembros de tu grupo familiar:
1.- Un momento de amor al inicio del día
Al levantarte, siempre da un beso de buenos días con un abrazo, conversa sobre todo lo que harán mientras se preparan para ir al colegio. Les mostrará que te interesas por sus cosas. Hazles saber cuanto los amas desde que se inicia el día y que los extrañarás mientras estén fuera. Un detalle muy bonito es enviarles mensajes de texto preguntándoles cómo va su día. Al volver del colegio o de cualquier otro lado, recibe siempre a tu hijo con un beso y un abrazo. No olvides preguntarle qué tal le fue, si les ocurrió algo fuera de lo normal, si fue divertido o no.
2.- Hacer las tareas escolares juntos
Hacer las tareas escolares juntos, es una excelente forma de estrechar lazos, sobre todo si se trata de trabajos manuales. Será un momento doblemente educativo, pues mientras realizan lo académico estarán cultivando valores. Pueden aparecer los berrinches si la tarea es muy difícil, así que debes llenarte de paciencia para que no se vean superados.
Las reglas son tan importantes como los abrazos y los besos para establecer una relación sana. Lo más importante es que sea en un horario específico, es decir, que el pequeño se acostumbre a dedicar ese tiempo a los estudios. Y que sepan que no estarán solos porque alguno de sus padres va a estar ahí para respaldarlos.
3.- Compartir un momento de ocio o recreo cada día
Desde escuchar música, ver películas, disfrutar su programa favorito hasta salir a caminar, al parque o hacer deporte; puede ser el momento diario de ocio o recreo. Este rato de juego es libre, se debe hacer lo que ellos quieran y dejar que su imaginación vuele a lo más alto. Aquí el adulto debe ser capaz de seguir las instrucciones del pequeño.
Lo ideal es que esta rutina vaya después de lo escolar, servirá de motivación para tu hijo o hija. Crear interacciones positivas entre padres e hijos va más allá de corregirle cuando hay mal comportamiento, administrar su acceso a Internet, salidas con amigos o dar instrucciones. La conexión debe establecer en la crianza un equilibrio entre amor y disciplina.
4.- La hora de la comida como ocasión para la reunión
El desayuno, el almuerzo, la cena y hasta la merienda deben ser el momento del día en que se reúnan, intercambien ideas o planifiquen algo especial. El sentarse en la mesa alrededor de los alimentos, es el ritual más común en todas las familias y es el más efectivo para obtener información de los chicos.
Escucha con atención sus historias, en especial si involucran a compañeros, amigos o adultos. Estimula la tertulia planteando alguna pregunta sobre un tema que ellos manejen y así todo comenzará a fluir.
5.- Ir a dormir tras comprobar que todo está bien
Así como los despiertas, llévalos a dormir con un beso y un abrazo. Siempre es necesaria una conversación para verificar que todo estuvo bien durante el día y repasar lo que le espera al siguiente. Si no tiene sueño aún, acompáñale, puedes leer un cuento o cantar juntos hasta que logren descansar.
La clave es que estas prácticas se conviertan realmente en algo diario y que no se sienta como una imposición. Los padres hoy en día tienen múltiples ocupaciones y puede que no todas estas actividades acaben formando parte de su día a día. No obstante, es indispensable que los nexos se fortalezcan más allá de la mera relación consanguínea. La sociedad es cada vez más exigente, cambiante y envolvente, por lo tanto, se requiere de padres más responsables y apegados a sus hijos.