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09 de febrero | 2023
Con la expresión 'síndrome del impostor', cada vez más extendida, se hace referencia a esa sensación del trabajador de no estar preparado verdaderamente para las tareas de su empleo y que su éxito se debe únicamente a la suerte, por lo que en cualquier momento puede ser descubierto. Seguro que la has escuchado recientemente ya que algunos especialistas señalan que la han sufrido, en algún momento, hasta siete de cada 10 personas.
Esta sensación se puede deber a falta de confianza en uno mismo o incluso dinámicas familiares pero hay más, en este artículo te describimos más causas que te pueden llevar a sentirte de esta manera. Además, te proporcionamos 7 claves que te pueden ayudar a superar el síndrome del impostor.
Sigue leyendo el post y descubre los peligros que puede suponer para cualquier profesional sufrir este síndrome, empezando por la propia destrucción de tu carrera profesional.
Si te sientes incompetente o no crees que eres lo suficientemente bueno en tu trabajo a pesar de que tus logros han sido académica y laboralmente demostrados, entonces estás padeciendo el síndrome del impostor.
Se trata de un fenómeno de índole psicológico en el que las personas no se sienten capaces de lograr sus objetivos. Además, les hace creer que las metas alcanzadas no son el resultado de su esfuerzo, sino de la suerte o de la ayuda de otras personas.
La revista Forbes Argentina ha publicado recientemente que el síndrome del impostor no está vinculado a la depresión, poca autoestima, ansiedad o escasa modestia. Se refleja en personas de éxito, cuyo nivel de perfeccionismo y exigencia es extremadamente alto. Es justo ese grado de autoexigencia lo que los hace sentir tan inseguros hasta al punto de llegar a pensar que nada de lo que hacen está bien.
Hay algunos factores capaces de fomentar este fenómeno psicológico y algunos de ellos son:
1. Poca seguridad y falta de confianza en uno mismo
La falta de confianza y seguridad en uno mismo es una de las principales causas de ese impostor laboral que te dice que no has hecho nada bien. A pesar de ser bastante bueno como profesional y de los logros alcanzados en el ámbito laboral, sientes que no estás a la altura de las circunstancias.
2. Malas experiencias pasadas
Una experiencia laboral desagradable puede desencadenar el síndrome del impostor. Por ejemplo, si has sido despedido de tu trabajo, la sensación de culpa y ansiedad por no haber hecho lo suficiente puede jugarte una mala pasada.
3. Diferencias salariales
Un artículo de BBC Mundo ha identificado las diferencias salariales como una causa de este síndrome. Pero en este caso la mayoría de afectadas son las mujeres. En algunos países en vías de desarrollo, sus salarios están por debajo del de los hombres. Sucede a pesar de ejercer las mismas funciones o de trabajar las mismas horas.
4. Dinámicas familiares
La presión que ejerce la familia por ser mejores en un área específica puede ser determinante. Lo mismo ocurre si te desenvuelves en un entorno excesivamente competitivo. El síndrome del impostor también se hará visible si en lugar de celebrar las metas cumplidas prevalecen las críticas por lo que no se pudo hacer.
5. Cambios de roles
Puede ser que un nuevo papel dentro de la compañía te haga pensar que no estás lo suficientemente capacitado para cumplir con las responsabilidades. ¿Estoy preparado para asumir el reto? ¿Qué pasa si no cumplo mis funciones como es debido? Cuestionarte de esta manera es una señal clara de inseguridad y falta de confianza propias del síndrome del impostor.
Ahora que has reconocido las causas de este fenómeno, descubre cómo superarlo con éxito.
1. Reconoce que tienes un problema
El primero paso para mitigar la fuerza de esa voz que te dice que lo estás haciendo mal es reconocer que tienes un problema. Si identificas esa situación que solo ayuda a ponerte límites podrás dar el paso a la superación.
2. Piensa en positivo
Las palabras tienen poder. Está comprobado que si dices cosas como “no puedo hacerlo” o “no soy lo suficientemente capaz”, entonces quedarás atrapado en un callejón sin salida. Si quieres reducir los efectos del síndrome del impostor, es momento de emplear un lenguaje positivo.
Para ayudarte durante el proceso es importante que te rodees de personas que sumen, ejecutes actividades que en verdad te gusten, que descanses el tiempo necesario, y que cuides tu mente y tu cuerpo.
3. Haz un portafolio con todos tus logros
El diario español El Economista aconseja hacer un portafolios con cada uno de tus logros. Revisarlo de vez en cuando y saber que has sido capaz de ejecutar con éxito algunas tareas fortalecerá tu valor y amor propio.
También es importante anotar cada uno de los ascensos obtenidos. No olvides tomar en cuenta las valoraciones positivas que han hecho de tu trabajo y las razones por las que has logrado la tan anhelada superación.
4. Visión realista de uno mismo
Es útil hacer una valoración objetiva de uno mismo. Evita dar peso a las opiniones del grupo de trabajo y sé consciente de las fortalezas y debilidades propias. Lo más importante es reconocer las capacidades que te han llevado a ser exitoso en lo que haces y aceptar el fracaso como parte de cualquier proceso.
5. Atento a las comparaciones
Las comparaciones no son positivas, sobre todo si lo haces con personas con más trayectoria y más éxito que tú. Si ocurre, las probabilidades de que el impostor laboral aparezca son enormes.
La recomendación es ser tu mejor versión, hacer lo que más te gusta y rodearte de gente que te incentive. Cuando comiences a ver resultados, tus miedos van a desaparecer.
6. Solicita ayuda
Es una técnica infalible. Si crees que no puedes, habla con tus compañeros de trabajo. Seguramente aportarán ideas para diseñar más y mejores estrategias. También puedes buscar un mentor. Este profesional podría ayudarte a recordar aquellas cosas en las que eres realmente bueno. Tu pareja y familia podrían ser un gran apoyo en los momentos difíciles.
Puedes pedir ayuda psicológica si no encuentras solución al problema con las medidas anteriores.
Puede suceder que como trabajador te quedes estancado por miedo o por inseguridad. De hecho, experimentarás cierto temor al creer que no estás capacitado para cumplir ciertos roles. El trabajador se verá angustiado ante las posibilidades de ascenso o ante la llegada de un nuevo cliente. Lo peor es que será bastante difícil desarrollarse como profesional en un área determinada.
Una persona con síndrome del impostor puede asumir un reto determinado. Pero el costo emocional es elevado. Aunque logre los objetivos que se ha planteado, esa sensación de inseguridad de no estar cumpliendo con las expectativas de los demás prevalecerá.
