Así te afecta la procrastinación en tu empleo

23 de marzo | 2023

Introducción

Esta palabra cada vez nos resulta más familiar. Procrastinar. ¿Qué es? Pues eso que muchos de nosotros hemos hecho muy a menudo: dejar las cosas, nuestras tareas, para más tarde y dedicar nuestro tiempo a cosas mucho menos importantes como mirar al móvil o ver la televisión. Si en el ámbito privado esto puede no ser un grave problema, sí que lo puede ser en el entorno laboral.

Para empezar, el hecho de procrastinar en el trabajo va a resultar en un bajo rendimiento laboral y que se te acumulen las tareas. Los posibles resultados: ansiedad, trabajo de poca calidad, desprestigio profesional, despidos, depresión, etc. Se puede dejar de procrastinar. En este artículo podrás descubrir si eres un procrastinador y técnicas para dejar de hacerlo.

Sigue leyendo y recupera la normalidad en tu trabajo mientras reduces el estrés y la ansiedad laboral.


Índice de contenidos:

  1. ¿Qué es la procrastinación?
  2. ¿Soy un procrastinador?
  3. ¿Cómo te afecta la procrastinación en el trabajo?
  4. 5 técnicas para dejar de procrastinar
 

¿Qué es la procrastinación?

El término procrastinación suele ser mal empleado como sinónimo de vagancia u holgazanería, pero se refiere a algo completamente diferente. Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), la procrastinación es la acción de “diferir o aplazar”, mientras que el psicólogo Timothy A. Pychyl la define como “el retraso voluntario de una acción planeada con la expectativa de un resultado peor”. 

Pero no se trata de aplazar por aplazar. Este comportamiento puede estar ligado a un problema de salud mental que, a fin de cuentas, podría causar efectos negativos como estrés, disminución del autoestima y ansiedad. De hecho, según la psicología clínica, procrastinar puede ser muestra de perfeccionismo, falta de control de impulsos, cansancio y miedo al fracaso. Quien procrastina es consciente de lo que hace y sus consecuencias y, aún así, elige hacerlo.  

Sin embargo, no hay que ser fatalistas. El procrastinar puede tener problemas más simples como dificultades para gestionar su tiempo o mala priorización de sus actividades. Que quede claro: no procrastina quien deja de lado alguna actividad por enfermedad o para resolver imprevistos. Lo hace quien deja una actividad importante para último minuto mientras que ocupa el tiempo en actividades de menor envergadura. 

Alguien que procrastina también puede hacerlo cuando empieza a ejecutar una tarea importante pero la deja de lado al poco tiempo para tomar un descanso; quien fija su atención en revisar su móvil o contestar emails en lugar de seguir con las actividades de envergadura; quien espera estar “de humor” para entrar de lleno al trabajo; o quien deja a último momento la toma de decisiones relevantes.

 

¿Soy un procrastinador?

Según estudios, la procrastinación afecta a más del 20% de la población global, además de tratarse de una condición inherente del ser humano. Por tanto, se hace necesario identificar el tipo de procrastinador que eres y si realmente pone en riesgo tu productividad.

Los procrastinadores se dividen en dos tipos:

- Los pasivos: Son aquellos que retrasan las tareas porque tienen problemas para tomar decisiones y avanzar.

- Los activos: Se sienten motivados cuando trabajan bajo presión, así que prefieren aplazar las tareas para obtener ese subidón de energía. 

También hay formas más específicas de clasificar a los procrastinadores:

- Perfeccionistas: Aplazan las tareas por miedo a las críticas y fallos. Le temen al fracaso.

- Soñadores: Ponen poca atención en los detalles. Su mente está en otro lado, así que posponen las tareas.

- Preocupados: Posponen las actividades que pueden sacarlos de su zona de confort.

- Los que hacen demasiado: Cumplen demasiadas tareas a la vez y les cuesta cumplir por falta de tiempo.  

- Desafiantes: Detestan que alguien les dicte pautas y fijen su horario. 


 

¿Cómo te afecta la procrastinación en el trabajo?

La procrastinación tiene muchos efectos negativos, especialmente en tu entorno laboral. En primera instancia, debes comprender que tu trabajo suele ser una contribución a un proyecto más grande. Aplazar la tarea no solo te pone en un estado de estrés a ti, sino también a quienes esperan recibir tu informe a tiempo. 

Juegas con tu tiempo, con el del resto de los trabajadores y con toda la organización. Por ello es tan importante que comprendas claramente cuál es tu trabajo y cómo impacta el resto de las actividades de la empresa u organización. 

Otro punto a destacar es que, si bien puede pasar que crees que un proyecto es sencillo y no te tomará mucho tiempo, por lo que decides aplazarlo, no sabes qué podrás encontrarte en el camino. ¿Qué tal si haciendo lo que creías sencillo te topas con un obstáculo que no puedes superar fácilmente? No podrás terminar la actividad en tiempo y quedarás como una persona irresponsable. Hacer las cosas a último minuto tampoco asegura que el resultado final sea un trabajo de calidad, algo que se espera de ti.

Situaciones como estas impactarán en tu imagen laboral y en tu carrera profesional, pues no solo se trata de perder el empleo, sino que tendrás una mala reputación profesional. En consecuencia, te podría resultar difícil conseguir una nueva plaza laboral.  

Es importante resaltar que, al procrastinarte arriesgas a incumplir con las fechas límite, algo que los jefes no suelen recibir con beneplácito, pues pones en riesgo a la empresa.  Finalmente, procrastinar podría causar efectos negativos en tu salud, pues si es tu costumbre dejar actividades para última hora, te verás involucrado en un ciclo de estrés y ansiedad, lo que podría llevarte a un cuadro de depresión y otras enfermedades.

 

5 técnicas para dejar de procrastinar

Dejar de procrastinar no es imposible. Si bien sabemos que habrá momentos en los que las distracciones puedan atraparte, estas técnicas te ayudarán a disminuirlas:

1) Divide la carga de trabajo: Muchas veces se aplazan tareas porque se cree que el trabajo por hacer es demasiado complejo. Sin comprender bien cómo salir del meollo, se va dejando el proyecto de lado como una bomba de tiempo. Si este es el caso, divide las tareas a completar en segmentos más pequeños. Irás progresando poco a poco y esto te dará fuerza para continuar y mantenerte motivado. 

2) Analiza tu rutina: Observa cuáles son las tareas que forman parte tu rutina. Escríbela durante varios días e identifica cuáles son esas tareas que más te cuestan y las que suelen reemplazar. Identificar esto te permitirá comprenderte mejor. Además, podrías reunir todas estas actividades en un bloque para completarlas. Además, podrás determinar en qué “pierdes el tiempo”.

3) Elimina las distracciones: Cuando procrastinas, ¿en qué inviertes el tiempo? Una vez identifiques esto, podrás tomar medidas para evitarlo. ¿Eres adicto al móvil? Ponlo muy lejos de ti o apágalo. ¿Eres amante de las series? Aleja la tele, esconde el mando, en fin… hay cientos de estrategias para que eliminar distracciones. 

4) Una tarea a la vez: Tener múltiples actividades por cumplir podría darte problemas. Prioriza lo que tienes que hacer y cumple con una tarea a la vez. 

5) Descansa lo necesario: Entendemos que tienes muchas actividades por cumplir, pero este tipo de situaciones pueden hacerte sentir con menos energía. Descansa lo necesario. Ponte horarios de trabajo, toma 'breaks' de ser necesario. Tu mente debe “apagarse” de vez en cuando.

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